IA; ¿riesgo económico similar al nuclear?

Tecnología, finanzas y negocios, más otras áreas diversas son las que al parecer están conectadas con una serie de prohibiciones que han surgido en estos días recientes en torno al uso de ChatGPT, la revolucionaria plataforma que parecía cambiar la tecnología para siempre.

Algo ha pasado en el camino, pareciera que la gran revolución tendrá que esperar un poco más ya que las empresas más grandes del mundo, o cuando menos una proporción de ellas, prohíbe ya el uso de ChatGPT.

No es poca cosa, en el fondo se trata de una gran limitante a la Inteligencia Artificial (IA), buscando evitar su masividad al menos en el ámbito laboral.

De este modo, empresas en el mundo como Deloitte, JPMorgan, Verizon incluso Microsoft y apenas el viernes pasado se sumó Apple, han desaconsejado y de plano prohibido la utilización de datos confidenciales o sensibles en ChatGPT.

El gigante tecnológico restringió el acceso de sus empleados a cualquier sistema de IA generativa; aunque más que restringir de plano lo prohibió.

Apple está creando un chatbot propio y teme que se filtre alguna información por lo que prefiere evitar cualquier riesgo.

Mientras Apple trata de cubrirse las espaldas con las filtraciones a través de esta medida, la compañía sigue lidiando con este tipo de prácticas. De hecho, muchos consideran que dichas prácticas forman parte de la estrategia de marketing a la hora de lanzar un producto nuevo y crear expectación.

Previamente, la icónica empresa de la manzana bloqueó una aplicación del desarrollador Blix debido a que integró una herramienta de IA. Una decisión que contrasta con la reciente noticia de la nueva app nativa de ChatGPT para los usuarios de iOS.

Sin embargo, desde la empresa cuestionada, la que gestiona ChatGPT, han lanzado un mensaje de tranquilidad porque en la actualización que se hizo el pasado mes de abril se introdujo la posibilidad de desactivar el historial de chats.

Lo anterior fue consecuencia de la prohibición en Italia, ya que era uno de los requisitos que exigió el país para volver a activarlo.

El mundo se enfrenta en estos momentos más que a una tecnología novedosa, a una tecnología altamente potente y por lo tanto riesgosa, muchas son las voces que lo han advertido, la IA no puede liberarse así solamente.

Más de un experto ha señalado en diversas ocasiones que se trata de cuando menos sentar las bases para disminuir los riesgos, y en la medida de lo posible reglamenta su utilización.

Imagínese tecnología de gran potencial en manos de defraudadores, saqueadores de cuentas de bancos, delincuentes bursátiles.

Imagine tecnología de gran potencial en manos de la delincuencia organizada, aquella que no tiene límites ni escrúpulos para lograr sus propósitos; o imagine este riesgo en manos de quien pueda vulnerar los mecanismos de seguridad de los bancos centrales o de organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional.

Y no se trata de advertencias sin sentido, ni temores infundados, la Inteligencia Artificial va a ser o ya es la siguiente gran revolución de la humanidad, hay quienes ya la comparan con la Revolución Industrial, que marcó un antes y un después.

Pero, también es un gran riesgo en muchos aspectos, en el financiero y económico hay mucho por hacer, si la regulación no aparece el mundo podría entrar en un caos, o bien el nivel de desconfianza sería de tal magnitud que en lugar de desarrollo habría un gran retroceso económico.

Y es que actualmente todo lo relacionado con el tema produce una sensación de inquietud alrededor de la herramienta de IA.

Dichos temores empeoran con las declaraciones del propio director ejecutivo y creador de la ChatGPT, Sam Altman.

El magnate reconoció esta semana en el Senado de Estados Unidos los riesgos inherentes, sus palabras pueden ser una premonición y eso no le gustó a los mercados, a la economía y tampoco a los gobiernos en general.

"Si esta tecnología sale mal, puede salir muy mal". Más todavía, este CEO señaló que el comité encargado de crear la legislación en torno a la IA deberá ser similar al de las armas nucleares, de ese tamaño es el riesgo.