Indignante que tragedias como la de la Línea 12 pudieran volver a repetirse

La audiencia en la que se imputaría a Horcasitas por el desplome del tramo elevado, fue diferida por cuarta ocasión. Y tal parece que las autoridades le han apostado al olvido y a la impunidad, para evitar que funcionarios vinculados con Morena sean consignados.

El mortal accidente –que provocó que Claudia Sheinbaum perdiera parte de su capital político en las elecciones intermedias de la Ciudad de México durante 2021–, ha sido llevado incluso a instancias internacionales. Familiares de las víctimas que reclaman justicia ya presentaron denuncias en Estados Unidos contra las compañías Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Alstom Transport Mexico, S.A. de C.V, (Alstom) filial local de la multinacional francesa, e igualmente demandaron a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles S.A. (CAF), sucursal de la firma española, fundada en 1993.

Teófilo Benítez, asesor jurídico de familiares de 12 de las víctimas, dijo que los afectados no aceptan el acuerdo reparatorio que propuso Grupo Carso –brazo constructor del magnate mexicano Carlos Slim, otra compañía involucrada en la tragedia–, y exigen se reclasifique el delito de homicidio y lesiones culposas, por el de dolosas. Además, solicitarán la demolición total de la Línea 12, por no brindar garantías de que fue bien construida.

Otro grupo de familiares de las personas que perecieron el 3 de mayo de 2021, también exigen se profundice en las investigaciones, para determinar la responsabilidad penal derivada de las deficiencias estructurales que se encontraron en la construcción de la línea durante el sexenio de Marcelo Ebrard, y se indague la presunta responsabilidad del empresario Carlos Slim y de Mario Delgado Carrillo, exsecretario de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México, actual presidente nacional de Morena.

En últimas fechas ha trascendido que la defensa de cinco exfuncionarios públicos –entre ellos Horcasitas–, apostará a su absolución, con base al último dictamen de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV), encargada de realizar el peritaje externo, el cual no se ha hecho público y en el que dictamina que el colapso se produjo por falta de mantenimiento y no por errores en la construcción.

No hay que olvidar que Francisco Bojórquez –quien fungía como director del Metro–, siempre insistió en que la construcción era deficiente y no debía inaugurarse en esas condiciones. Sin embargo, Horcasitas convenció al entonces Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard de que la obra era segura y estaría lista a tiempo.

Una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) señala que el registro de bitácoras de la obra correspondiente a 2008-2012, “se dejaron plasmadas alertas de omisiones e irregularidades en tramos al frente de Grupo Carso, como la subcontratación de empresas sin las certificaciones requeridas, falta de varillas en cabezales, inconsistencias en fabricación de trabes y pernos faltantes en estructuras”.

Vale la pena recordar que, durante el proceso de construcción de dicha línea, tampoco se realizaron licitaciones públicas para adjudicación de la obra y se detectaron sobrecostos en el arrendamiento de trenes. Asimismo, las compras no cumplían las especificaciones técnicas y hubo fallas en la construcción, las cuales obligaron al gobierno a suspender el servicio por casi dos años, en el tramo de las estaciones Tláhuac–Tlatilco.

Los más de 220 mil capitalinos que diariamente utilizaban ese ramal de la Línea 12 –que se desplomó fatalmente hace un año y afectó gravemente la movilidad en esa zona de Tláhuac–, siguen sufriendo las consecuencias. Una investigación del diario El Universal menciona que cuando la línea 12 del Metro funcionaba, el trayecto de Tláhuac a la estación Zapata era de media hora, y de 50 minutos con transbordo hacia Ciudad Universitaria. Actualmente los usuarios llegan a emplear hasta tres horas para realizar este mismo recorrido.

Funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México aseguran que ya aprendieron la lección, después del lamentable accidente en la estación del Metro Olivos, por lo que en la rehabilitación y ampliación de la también conocida como Línea Dorada, no van a aceptar presiones de ningún tipo para concluir las obras. “Seriamos muy burros si no aprendiéramos de lecciones”, aseguró en entrevista con El Universal el director del Metro, Guillermo Calderón.

Incluso el Secretario de obras de la Ciudad de México, Jesús Esteva Medina, entendió el enfado y consternación de los usuarios de esta línea, por el tiempo que les lleva salir de Tláhuac. Sin embargo, insistió en que los trabajos no se van a acelerar a costa de la seguridad y el control de calidad en las obras de reconstrucción.

Lo cierto es que, a un año del funesto colapso de la Línea 12, Ebrard y Sheinbaum –quienes desesperadamente buscan la candidatura a la presidencia de la República con el aval de Morena y del presidente Andrés Manuel López Obrador–, han tratado de sortear las posibles imputaciones legales en este caso, ya que está en juego su futuro político. Y no es para menos, ya que analistas jurídicos consideran que, si se comprueba la responsabilidad de estos funcionarios, podrían enfrentar una demanda penal.

Los capitalinos esperamos que las autoridades judiciales realicen una investigación efectiva y a fondo, para conocer realmente cuáles fueron las verdaderas causas que provocaron el derrumbe de la Línea 12. El gobierno no puede ser omiso, ni tapadera de la corrupción y negligencia de los gobernantes y resultaría ofensivo para los mexicanos que tragedias como estas pudieran volver a repetirse.

Exdiputada federal, asesora de AC Impulsa y colaboradora del STUNAM