Tras el tiroteo ocurrido el pasado martes en una primaria de
Ugalde, Texas que provocó el deceso de 19 niños y dos maestras, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, pidió este sábado que se prohíban las armas de asalto en el país.
De acuerdo con Harris, estos dispositivos se diseñaron para matar rápidamente a muchos seres humanos y son armas de guerra, “que no tienen lugar entre la sociedad civil”.
Al acudir al funeral de una de las víctimas de otro tiroteo ocurrido el 14 de mayo en un supermercado de Búfalo, Nueva York, la vicepresidenta declaró a la prensa que la solución al problema “incluye una prohibición de las armas de asalto”.
Unas horas antes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que si bien no se puede “ilegalizar la tragedia”, sí que se puede trabajar para hacer que el país de norteamérica sea más seguro.
En un discurso en la Universidad de Delaware, aseguró que la nación puede hacer “de una vez por todas” lo que hay que hacer para “proteger la vida de nuestra gente y de nuestros hijos”.
“Ante una fuerza así de destructiva, debemos permanecer fuertes. Pido a todos los estadounidenses que se den la mano y se dejen oír para hacer que esta nación sea lo que puede y debe ser”, apuntó el mandatario.
Con información de agencias
Imagen de AFP