Las recientes elecciones y sus implicaciones para la elección presidencial de 2024

Exdiputada federal, asesora de la AC Impulsa y colaboradora del STUNAM

Cada jugada en la política tiene importancia. Cada votación, incluso a nivel local, puede modificar el panorama político y prever los resultados en los estratos superiores del gobierno, pensando en la contienda presidencial de 2024. Los recientes sufragios en el Estado de México y Coahuila, principalmente la sorpresiva derrota de la oposición en la primera entidad, han dejado marcas profundas en la dinámica de la política nacional. Para muchos analistas, estos eventos han trazado un camino que podría llevar al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido de López Obrador, a consolidarse como la fuerza dominante, un cambio relevante que necesita un estudio detenido.

El reciente revés de la coalición "Va por el Estado de México" ha dejado en evidencia la necesidad de realizar un análisis crítico sobre las tácticas y estrategias de los partidos de oposición, como el PAN, PRI y PRD. Esta unión política, formada por estas tres organizaciones y la local Nueva Alianza, eligió a Alejandra del Moral como aspirante a la gubernatura, pero no consiguió triunfar en la votación, la cual fue ganada por Delfina Gómez Álvarez, de Morena.

El Estado de México, que alberga a más de 12 millones de votantes y aporta un significativo 9.1 por ciento al PIB nacional, es un bastión crucial. El golpe recibido por la coalición lleva a reflexiones importantes de cara a los comicios presidenciales de 2024. Si los partidos opositores no pudieron ganar en una región tan importante, podría ser el indicio más claro de posibles dificultades para competir a nivel nacional.

Hay que considerar que esta vez la movilización de la sociedad civil no fue suficiente para garantizar un triunfo para la coalición de oposición. Esto podría reflejar una disociación entre las plataformas de los partidos opositores y las necesidades y expectativas de los votantes, y puede ser interpretado como una señal de que Morena está afianzándose como la fuerza dominante de México. El éxito de este partido en las elecciones estatales podría presagiar su fortalecimiento para las presidenciales de 2024.

El colapso del PRI en su otrora fortaleza electoral, es un acontecimiento que puede señalar su decadencia final. Después de ser atrapados en la ambición de poder y permitir que tecnócratas y arribistas como lo fue Enrique Peña Nieto y sus adláteres –quienes desplazaron a los verdaderos líderes sociales–,han pagado el precio en las urnas. Este episodio es un recordatorio crucial de que la política, en su esencia, es un juego de conexiones humanas. El distanciamiento de las bases populares y la falta de atención a las necesidades y aspiraciones del electorado pueden conducir a la desafección y, eventual o finalmente –como ocurrió en esta elección en el Edomex¬–, a la pérdida del poder.

Por su parte el PAN, otro de los integrantes de la coalición ha enfrentado sus propios desafíos en las elecciones de este año. Si bien demostró su disposición a colaborar con otros partidos de la oposición para hacer frente a Morena, es evidente que se necesitan más esfuerzos para presentar una alternativa creíble y convincente. A pesar de este contratiempo en Edomex, en Coahuila, junto con el PRI y el PRD, logró una victoria significativa bajo la bandera de la Alianza Ciudadana por la Seguridad, que posibilitó una victoria holgada de Manolo Jiménez Salinas. Este triunfo subraya la capacidad del PAN para liderar coaliciones exitosas y demuestra que, aunque Morena pueda estar ganando terreno, todavía hay espacio para que la oposición obtenga victorias.

Para hacer esto, el PAN necesitará revisar su estrategia, renovar su compromiso con sus principios fundamentales, buscar alianzas sólidas que fortalezcan su posición y, sobre todo, confrontar y superar sus problemas internos. En Coahuila, la Alianza logró una victoria significativa. Y aunque este resultado puede parecer un contrapunto al triunfo de Morena en el Edomex, también es un testimonio de la necesidad de coaliciones fuertes para desafiar al partido de López Obrador.

Los resultados electorales en el Estado de México y Coahuila también pueden interpretarse como un castigo al PRI y al mismo PRD, ambos atrapados en una tendencia de disminución del apoyo. En particular, el PRD se enfrenta a la posibilidad de perder su registro como partido político, un desenlace que transformaría de manera significativa el sistema de partidos en México. El papel del Instituto Nacional Electoral (INE) en estas elecciones ha sido crucial para garantizar la integridad del proceso. Esta situación subraya la importancia de preservar la independencia y fortaleza de las instituciones autónomas, especialmente a medida que nos acercamos a las elecciones presidenciales de 2024.

En una colaboración anterior, señalé que la oposición deberá replantear su enfoque, enfocándose en la defensa de los organismos autónomos y en la presentación de propuestas viables y realistas para el país. Subrayé que, para tener éxito, sus líderes deberán dejar de lado sus intereses personales y buscar soluciones que beneficien a México en su conjunto.

Como las piezas en un tablero de ajedrez, cada movimiento tiene el potencial de cambiar el juego; de ahí que la oposición tiene la oportunidad de reorganizarse y reorientar su enfoque, una tarea que requerirá de un análisis cuidadoso y un liderazgo firme. Mirando hacia el futuro, se hace evidente que la oposición tiene ante sí una tarea colosal en la formulación de políticas y programas que resuenen de manera efectiva entre el electorado mexicano. No tienen otra opción.

Exdiputada federal, asesora de la AC Impulsa y colaboradora del STUNAM