POR CARLOS JIMÉNEZ
En una cama del área de terapia intensiva del hospital ABC, agoniza desde la madrugada del sábado, un hombre que quiso ser “burrero”, pero que falló en su intento. Lo único que pudo decir es que se llama Andrés
Estrada, después vomitó y se desmayó…
cuando lo operaron, los médicos extrajeron de su estómago 23 paquetes de droga. Eran 23 condones rellenos con cocaína.
Nadie ha ido a visitarlo. Quien lo llevó
ahí, lo abandonó. Los médicos no pueden asegurar que logre sobrevivir.
▶ De acuerdo con informes
de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) pasaban de las 2:00 de la mañana del
sábado cuando un taxi llegó al hospital ABC, ubicado en la colonia Las Américas, de la alcaldía Álvaro Obregón.
Era un taxi Tsuru rosa con blanco
placas A-3935-L en él iba una mujer, un hombre desnudo envuelto con una cobija, y el chofer.
Aquella mujer bajó del auto, pidió
ayuda a los médicos, pagó la cuenta del taxi y se fue. Ahí abandonó al hombre desnudo. El taxista no supo qué hacer.
El hombre sudaba, apenas podía hablar. Y ahí mientras entraba comenzó
vomitar. Los médicos del lugar lo ayudaron y un agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que custodiaba el lugar, quiso hablar con él.
Lo único que alcanzó a decir es que
se llamaba Andrés Estrada. La realidad es que las autoridades no saben si ese es su nombre en realidad. Y es que hasta ahora, no saben más de él.
En ese momento fue ingresado al
área de urgencias y ahí se determinó que debían operarlo. El hombre fue intervenido por los médicos y ellos encontraron en el estómago del hombre los condones.
Uno que ellos se le reventó en el interior. Por eso está ahora agonizando.
La carpeta de investigación de la Procuraduría capitalina CI-FAO/AO-3/ UI-1 C/D/01280/09-2019 detalla que fueron un total de 23 condones rellenos con cocaína, los que extrajeron los especialistas.
Hasta ahora, nadie ha podido platicar con el hombre para saber qué fue
exactamente lo que sucedió. No saben su nombre, su origen o de dónde venía.
Parece que tiene unos 40 años de edad.
Los investigadores de la Procuraduría
sospechan que había llegado recientemente a México vía aérea. Saben que los traficantes de droga que llegan desde Perú, acostumbran a mover de esa forma la cocaína.
Suponen que, como suelen hacerlo,
este hombre se instaló en algún hotel para expulsar ahí los condones, pero tras reventarse uno de ellos, comenzó a sentirse mal. Por lo pronto la droga está asegurada, y el “burrero”, con pocas esperanzas de vivir.