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López-Gatell: de las pequeñas omisiones a los graves errores

López-Gatell: de las pequeñas omisiones a los graves errores

Columnas viernes 05 de marzo de 2021 -

POR IVETH SERNA

Contar con un protocolo de manejo de crisis es algo que se espera de un equipo de comunicación gubernamental medianamente profesional, un posible contagio de Covid19 de funcionarios de primer nivel, incluido el presidente, son escenarios previsibles que debieron integrarse al plan de comunicación al inicio de la pandemia, máxime cuando esta situación pone en riesgo la estabilidad general del país; se pierden vidas, bienes materiales, la estabilidad de las organizaciones político-administrativas, pero también se pone en juego la credibilidad.

La dinámica del gobierno federal en los casos de contagio de algún secretario de Estado es producto de una improvisación más que de un plan de manejo de crisis: el funcionario anuncia su estado de salud a través de las plataformas sociodigitales con un mensaje-machote que funciona para cualquiera (colocar su nombre aquí), a partir de ahí un absoluto silencio, se emite información con otro mensaje-machote hasta que el servidor público ha superado la enfermedad.

La estrategia del silencio parecía haber dado buenos resultados si no fuera por dos episodios sobresalientes: el contagio del presidente Andrés Manuel López Obrador y del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.

En ambos casos, la estrategia de manejo de crisis fue una acción improvisada a las reacciones comunicativas de los implicados. En el caso del presidente fue después de que una reportera preguntara a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, qué pasaría en el hipotético caso de la muerte del presidente. La tarde de ese día se difundió un video para mostrar el buen estado de salud del mandatario.

En el caso de López-Gatell, el equipo de comunicación no corrió con la misma suerte y las “pequeñas omisiones” de la directora de Comunicación Social de la Secretaría de Salud y del vocero emergente José Luis Alomía se convirtieron en graves errores que no solo debilitan la imagen de una institución y sus funcionarios, sino que minan el ánimo de la población.

Dicen los expertos que toda crisis es una crisis de comunicación y la percepción pública es el aspecto más sustantivo de su abordaje. La Secretaría de Salud dio cátedra de lo que no debe hacerse; falta de un plan de emergencia sujeto a protocolos estrictos, ausencia de control e intervención política, ocultar y falsear información, falta de oportunidad y agilidad para comunicar y equipos poco profesionales y desarticulados para la gestión comunicativa.
La percepción es que el aparato político-comunicativo no fue profesional ni habilidoso para reaccionar en sincronía y afrontar este estado de convulsión social que requiere soluciones eficientes y transparentes. Afortunadamente ningún funcionario ha perdido la vida, no es necesario que ocurra, esperamos que el posible escenario ya se encuentre en un protocolo de crisis.


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