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Monreal, un viejo lobo de mar

Monreal, un viejo lobo de mar

Columnas miércoles 15 de febrero de 2023 -

Emparejar el proceso sucesorio fue la mejor determinación que tomó el presidente López Obrador, pues no podía darse el lujo de ver como el movimiento se pudo haber partido en dos porque- sólo alguien del nivel político de Ricardo Monreal- hubiese sido capaz de convocar gran parte de la estructura de Morena sí el límite de la dignidad, que muchas veces comentó el coordinador de los senadores de Morena, hubiera llegado al extremo dado que era imposible seguir luchando bajo el flujo de la segregación.

A Ricardo Monreal lo segregaron durante 17 meses; no hay peor ciego que el que no quiere ver las cosas, incluso a la mayoría nos costó trabajo entender esa coyuntura a sabiendas de que- el coordinador de los Senadores de Morena- es y seguirá siendo uno de sus mejores aliados del movimiento. Por ello, al percibir que la situación comenzó a ser dispareja, rápidamente descifró que, en Palacio Nacional, sólo había tres aspirantes presidenciales en la mente del presidente Obrador que, incluso, se empeñó en mencionarlo una y otra vez.

Y todo porque una intriga que sembraron hizo dudar al mandatario luego de las elecciones intermedias del 2021 donde la estructura de la capital del país no fue capaz de conquistar el voto y cargaron, sin ningún escrúpulo, la culpa a quienes no tuvieron o fungieron ningún papel. Es decir, repartieron culpas para sacudirse la derrota profunda y dolorosa que causó perder alcaldías importantes.

A Ricardo Monreal le quisieron achacar esa acción construyendo una teoría de la conspiración. Eso fue lo que pausó el diálogo entre el zacatecano y López Obrador. Pese a ello, lo que sucedió fue que, durante ese lapso, el coordinador de los senadores se fortaleció.

Paradójicamente, fue tanto lo que se hizo notar al grado de autonombrarse el rebelde con causa. De hecho, esa propia resistencia lo llevó a abrir la brecha para meterse en la lista de aspirantes presidenciales de Morena antes de que el presidente lo reconociera oficialmente.

Podríamos decir que, la resistencia, fue la principal bandera que atrajo a un porcentaje importante de la militancia de Morena y, sobre todo, a grandes sectores de la población civil. Seguramente el presidente Obrador se dio cuenta del capital político que acumula Ricardo Monreal con su posicionamiento de seguir hasta el límite de la dignidad. Como dijimos, eso hizo reflexionar al mandatario federal para corregir pues sí algo estaba preocupando al propio Andrés Manuel, era la división que podía provocar- a futuro- sí seguía con la misma postura.

Determinó que Ricardo Monreal compita en la elección interna de Morena lo que ha disuelto, en este momento, el veto que hubo por 17 meses. Y, entre luces y sombras, la carta que envió Mario Delgado abrió un poco el compás. Lo digo de esa forma porque, en este lapso, falta que se empareje esa voluntad política en aras de construir una auténtica democracia interna en el partido. Es decir, si la cosa va en serio, la tarea que deben de realizar, en este periodo, es nutrir el proceso con propuestas que abonen a la sana participación interna.

Ricardo Monreal ha dado un gran paso y propuso una serie de puntos que, incluso, se asemejan a los que hemos abordado. Por ejemplo, el coordinador de los senadores de Morena le ha planteado, a Mario Delgado, presidente nacional de Morena, un conjunto de mecanismos transparentes que indudablemente se requieren para legitimar a quien el pueblo elija como el abanderado.

Primero, la convocatoria por consenso es, en ese sentido, un mecanismo que servirá para recoger las impresiones de cada uno de los aspirantes para poder alcanzar acuerdos, sobre todo para fijar reglas de participación y, lo más importante de ello, establecer fechas para que cada uno de los presidenciales se separe de sus funciones.

Eso, sin duda, sería una acción congruente no solo porque rompería cualquier prejuicio de los mecanismos y recursos que pueden echar andar, sino porque la ruta será más pareja.

Sino fuese así, habrá desconcierto y muchas dudas que envolverían el proceso interno, sobre todo porque hay quienes pueden llegar a utilizar el recurso público para la promoción, aspecto que constituye una ventaja, además de una violación al marco constitucional.

Otro de los aspectos, y sin duda uno de los más trascendentales, es dar garantía y certeza en los instrumentos de selección. Como sabemos, la encuesta interna de Morena dejó de ser un mecanismo plural que nos ha demostrado, una y otra vez, estar muy lejos de la auténtica democracia. Esa responsabilidad no puede recaer en el órgano o dirección del partido pensando en lo que ha pasado en los últimos años en que, el cuestionamiento y la duda, han invadido a la militancia del partido.

Morena no puede ser juez y parte del proceso. En todo caso, hay una inminente necesidad de cambiar el paradigma tradicional. Lo que propuso Monreal es congruente. Siempre hemos creído que, una elección primaria, es la solución o la vía más democrática, máxime porque rompería un modelo obsoleto con vicios de origen. Empero, si el consenso determina una encuesta, lo mejor es, sin duda, una selección de instituciones por insaculación; aquellas qué mejor estén calificadas y con el menor rango de error.

Vaya ritmo con el que arrancó Ricardo Monreal esta nueva etapa. A propósito de ello, La búsqueda de reconciliación, traducida en negociación y acuerdos se mantiene en Paseo de la Reforma e Insurgentes…

Y de ello da muestra Ricardo Monreal quien ha empezado a reunirse con los otros tres aspirantes a la candidatura presidencial de Morena a quienes seguramente ha planteado y tratado de convencer para modificar el proceso interno de selección, aun cuando él argumenta que dichos acercamientos solo son para hablar de temas de agenda.

Y es que en una entrevista realizada en el Senado, anunció que ya está en conversaciones para que en breve se reúna con la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum. ¿El propósito? Pues platicar sobre la recuperación del Parque Luis Pasteur, tomado por colectivos que apostaban por la aprobación de la Ley Cannabis por parte del Congreso de la Unión.

Cuando los reporteros le preguntaron si tenía una buena relación con Sheinbaum para exponerle lo del desalojo del parque, de inmediato y sin titubeos Monreal respondió: “Sí, le tengo respeto, espero pronto ir a verla, saludarla”.

Y de inmediato atajó: “Ya me reuní con el jefe de la Cancillería, me reuní con Marcelo Ebrard, desayunamos amablemente, lo estimo mucho. Y añadió: “Ayer con Adán Augusto y me voy a volver a reunir el próximo jueves, espero también reunirme con la jefa de Gobierno pronto”, remarcó.

Así es que el coordinador de los senadores de Morena, sigue aprovechando su experiencia y “colmillo” para poco a poco hacer labor de convencimiento no solo al interior del partido, con Mario Delgado, sino también con los otros aspirantes quienes seguramente definirán si el proceso interno se modifica para hacerlo más abierto y claro.

Y si de acuerdos y conciliación se trata, otro cantar fue el encuentro con el líder nacional del priismo, Alejandro Moreno, con quien también Monreal sostuvo un encuentro en su despacho de la Junta de Coordinación Política.

Tengamos paciencia, lo cierto es que Monreal es un viejo lobo de mar.


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/CR

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