Oposición antipolítica

La oposición argumenta censura, persecución política, prohibición de ideas, represión contra sus integrantes. Si tuviera miras más altas pudiera suceder todo eso pero difícil saber lo que no existe. Si la oposición en México en realidad lo fuera, probablemente representaría un peligro para el gobierno y podría ser censurada, no lo sabemos.

Si la apertura mostrada por el actual gobierno no fuera tan benévola con una oposición con ideas, podría repetir viejos esquemas de censura, ahora inexistentes, pero no tiene caso censurar una oposición que carece de ideas políticas, de ahí que todo el debate que debió ubicarse en el Congreso suceda en el terreno judicial. Las expresiones de la oposición se centran en el golpismo, el insulto, la descalificación que acusan desesperación y derrota permanente.

En la oposición no se ha visto acción política desde que dejó el poder, pero sí acciones que atentan contra la seguridad, la vida, la democracia, las leyes y la honestidad. Esta es la huella de la actual oposición para la historia que muestra sus limitantes políticas pero exhibe sus habilidades violentas, cuyos alcances llegan al homicidio.

El discurso de la oposición dentro y fuera del Congreso, nada tiene que ver con la acción política, tampoco con el nacionalismo, sus peroratas defienden empresas extranjeras, acuden al extranjero para acusar al gobierno del país, ponen como ejemplo de civilización otras naciones, comparan los problemas de México con otros pueblos, aseguran que el desarrollo se ubica en el extranjero. Desvían la atención de lo inmediato y lo propio por ver lo lejano y ajeno. ¿Cómo poder llamarle oposición a lo que existe como disidencia desarticulada?

La oposición no está ubicada en el espacio del país y, como todo grupo conservador añora el pasado; es decir, padece los síntomas de una esquizofrenia que deberá tenderse lo más pronto posible, porque no hay mayor autoridad que el gobierno del país, pero insisten en que haya instancias superiores fuera de nuestro territorio y en ellas quieren ampararse, lo cual hace más grave el conflicto de personalidad.

Más allá de la esquizofrenia que en lo individual muestran los integrantes de la actual oposición, incluyendo sus nuevos grupúsculos, que intentan ser tentáculos pro se convierten en lo general en ignorantes de la función del Estado, que aglutina a todas las instituciones, incluyendo las que ellos defienden.

Porque el Estado es la suma de acciones políticas de una nación, y esta oposición separa, o intentan hacerlo, la oposición del Estado a grado tal que pareciera pertenecer a otro país con ideas y algunas propuestas para una realidad que no existe.

Sin duda hace falta una oposición que practique la política, y esto tiene en sus bases, el diálogo, el debate, la negociación, los acuerdos, la resolución de conflictos para alcanzar decisiones políticas conjuntas.