Frente a las transformaciones económicas y geopolíticas que enfrenta el mundo, México y el resto de América Latina deben retomar con urgencia políticas de desarrollo productivo, sostuvo Jorge Martínez Piva, director de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México, durante el seminario regional "Las Políticas de desarrollo productivo en América Latina y los retos sindicales frente al futuro de la Movilidad".
El especialista destacó que, tras casi una década de bajo crecimiento en la región —incluso inferior a la llamada “década perdida” de la crisis de la deuda— es necesario fortalecer la inversión, mejorar la productividad y relanzar la actividad industrial. En este sentido, el Plan México surge como una estrategia para elevar el contenido nacional y regional en sectores clave, generar empleos de calidad y fomentar el desarrollo de proveedores locales.
Martínez Piva subrayó que ningún país ha logrado un desarrollo exitoso sin una estrecha colaboración entre el Estado, el sector privado y los trabajadores. Por ello, señaló que este tipo de políticas deben diseñarse bajo principios de diálogo, gobernanza y confianza, dado que las naciones de la región no tienen recursos ilimitados para subsidiar o financiar grandes transformaciones.
El Plan México propone acciones como promover la relocalización de empresas, incentivar el programa “Hecho en México”, impulsar polos de desarrollo regional y reforzar el papel de las pequeñas y medianas empresas. Además, plantea aprovechar las ventajas competitivas del país en sectores como el automotriz y metalmecánico, frente a un escenario internacional caracterizado por medidas unilaterales, tensiones comerciales y cambios en las reglas del comercio y la inversión.
México se mantiene como líder regional en la exportación de vehículos, ocupando la cuarta posición global en exportación de vehículos pesados y la sexta en vehículos ligeros. Sin embargo, la transición hacia la digitalización, automatización y el auge de los vehículos eléctricos, así como la incertidumbre sobre las políticas arancelarias de Estados Unidos, exigen que el país fortalezca su base productiva.
Martínez Piva afirmó que, pese a las presiones externas, trasladar la producción mexicana hacia Estados Unidos es inviable en el corto plazo debido a los altos costos de mano de obra y la dificultad para reubicar plantas industriales. Por ello, resaltó que este es el momento de definir “el cómo” se llevará a cabo la ejecución del Plan México, con el consenso de todos los actores estratégicos.