Columnas
México solo cuenta con un esfuerzo muy pequeño realizado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático que pudo iniciar en el año 2013 al crear una versión incipiente de un Inventario Nacional de Sustancias Químicas, primer paso para llegar al indispensable Registro Nacional de Sustancias Químicas (RNSQ). La necesidad de esta nueva legislación de las sustancias químicas nació formalmente como unos de los importantes objetivos de la Agenda 21 en la Cumbre de la Tierra realizada en Brasil del 3 al 14 de septiembre de 1992. A la que acudieron 179 países, 4,000 representantes de organizaciones no gubernamentales con asistencia de 17,000 personas al Foro de ONGs celebrado paralelamente. Allí se planteó formalmente el “Buen Manejo Ambiental de Sustancias Químicas Tóxicas incluyendo la Prevención del Tráfico Internacional de Productos Tóxicos y Peligrosos”. Preámbulo para crear una regulación nacional para estas sustancias. Mediante la recopilación y difusión de la información sobre la evaluación e interpretación de sus riesgos a la salud. Posteriormente la implementación y cumplimiento de nuevas políticas de manejo adecuado o sustitución paulatina de dichas sustancias. Además de programas de educación a la población. También se planteó la obligación de la limpieza y remediación de sitios contaminados. Y la creación de sistemas nacionales de atención a emergencias (derrames, fugas y siniestros de sustancias químicas).
Para tener una idea del poder económico de la industria química mundial, se estima el valor de la producción de 300,000 sustancias químicas (que utilizamos en mayor o menor medida) de 231,000 MDD en 2016. En 2022 pudo ser de 400,000 MDD.
Es urgente crear nuestro Registro Nacional de Sustancias Químicas debido a la laxitud de nuestra normatividad que permite actualmente el uso indiscriminado de 4,730 “aditivos o coadyuvantes” en la producción de alimentos procesados, que dañan nuestra salud. Nos envenenamos no solo con plaguicidas altamente tóxicos que indebidamente sigue autorizando la Comisión Federal para la Prevención sobre Riesgos Sanitarios que quedan impregnados en todos los productos agrícolas que ingerimos, además de contaminar el suelo agrícola y los cuerpos de agua. Ya son 3,000 muertes anuales de niños menores de 15 años por leucemia. En el año 2020 rebasamos los 110,000 casos muertes anuales por diferentes tipos de cánceres. Tenemos 6.0 millones de niños con alguna afectación neuronal (autismo, retraso mental, hiperactivismo y síndrome de déficit de atención además de ansiedad, depresión y agresividad).
*Carlos Alvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
Experto en Gestión de Residuos y Cambio Climático
www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores