El gobierno británico contempla crear una infracción penal para luchar contra las terapias de conversión, que pretenden cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona.
Este proyecto prevé castigar con penas de prisión de hasta cinco años este tipo de prácticas.
El castigo se aplicaría a aquellos que apliquen estas terapias en cualquier circunstancia en menores de edad y también en adultos que no aceptaron participar en ellas con pleno consentimiento y conocimiento de sus posibles efectos.
Según la oficina gubernamental sobre la igualdad, que impulsa el proyecto, los criterios sobre la cuestión del consentimiento serán "sólidos y rigurosos".
También se respetará, según este organismo, "la libertad de un adulto de someterse a este tipo de prácticas".
"No debería tener lugar en nuestra sociedad la práctica odiosa de la terapia de conversión coercitiva", declaró la ministra de Igualdad británica, Liz Truss, que denunció "una práctica arcaica incompatible con la vida moderna".
Imagen: AFP
Con información de AFP