El presidente ruso, Vladimir Putin, decretó el miércoles una semana no laborable del 30 de octubre a 7 de noviembre para intentar frenar los contagios de coronavirus, que se han multiplicado en el país, e instó a los ciudadanos a vacunarse.
"Por supuesto, apoyo la propuesta de tener una semana no laborable del 30 de octubre al 7 de noviembre", dijo Putin.
La semana ya coincide en parte con las vacaciones escolares y solo el 1, 2 y 3 de noviembre eran laborables, si se tienen en cuenta los fines de semana y días feriados.
El presidente pidió además a los rusos, muy reacios ante la vacunación, a "ser responsables" y sumarse a la campaña de inmunización.
"Solo hay dos maneras de salir de esta pandemia: enfermar o vacunarse", dijo, considerando que el bajo porcentaje de ciudadanos rusos vacunados era "peligroso".
Putin asimismo instó a agilizar las pruebas de diagnóstico y fortalecer las medidas de aislamiento de las personas que hayan tenido contacto con enfermos.
El presidente también mencionó la posibilidad de iniciar antes o prolongar la semana de vacaciones, si la situación sanitaria lo exige.
Desde junio, Rusia sufre una ola de la pandemia, debido a la variante delta, y la situación se agravó desde hace un mes, debido a la lentitud en la vacunación y a la inexistencia de restricciones sanitarias.