Columnas
Con investigaciones aún en curso, el Gobierno de Claudia Sheinbaum da la vuelta a la página al caso de corrupción de Segalmex y, tras publicar recientemente en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la fusión de este organismo con Diconsa, se anunció con bombo y platillo la constitución de las “Tiendas del Bienestar”, a cargo de la nueva institución llamada Alimentación para el Bienestar.
Y al igual que las otras políticas públicas enfocadas al campo en el Segundo Piso de la 4T, en las Tiendas del Bienestar no hay nada nuevo bajo el sol y operarán como lo había hecho la Conasupo desde 1961.
La propia presidenta Claudia Sheinbaum lo admitió en la Conferencia mañanera del pasado martes: “¿qué tareas tiene Alimentación para el Bienestar? acopiar arroz, maíz principalmente, frijol, a través de Precios de Garantía que fija la Sader, compra el maíz y después lo distribuye en las Tiendas del Bienestar, antes tiendas Diconsa, que es una de las tareas que ha cumplido en 40 años, eso no se ha suspendido”.
“Conasupo surgió para mantener los precios de garantía a los campesinos y conservar la equidad en el mercado nacional” y no, no es el discurso de la presidenta de la República, sino el anuncio oficial de 1961 durante el gobierno de Adolfo López Mateos.
Conasupo vendió en su mejor momento hasta útiles escolares, cobijas, ropa y, por supuesto, alimentos. Ante la competencia, estas tiendas fueron perdiendo mercado y, en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador sufrieron también la austeridad republicana.
Ahora se busca que las Tiendas del Bienestar vendan también cacao, café y miel, “en esos tres productos se compra a los pequeños productores y con ellos se hace un valor agregado, se produce con el cacao el chocolate y ese chocolate que es el Chocolate del Bienestar, se va a vender en todas las Tiendas del Bienestar”, relata la presidenta.
Recordemos que este no es el único negocio que intenta el actual gobierno federal, aunque posiblemente beneficiará a pequeños productores por comprarles su producto, el cacao, aunque la comercialización de este nunca se ha detenido, y siempre ha vendido su producto, ya que el cacao se vende casi por sí solo, dada la importante demanda que tiene.
Al final de cuentas, lo que ocupa verdaderamente el sector agropecuario, agroindustrial, pesquero, acuícola y piscícola de nuestro país es la modernización a través de tecnología e inversión, además de la comercialización impulsada desde el gobierno federal y los estados.
Cómo que los negocios mezclados con el gobierno, en la mayoría de los casos, no solo en México sino a nivel mundial no funcionan y solo tienen un carácter populista y de beneficios, pero para una cúpula de manera especial. Al final de cuentas, seguiremos comiendo cacao y chocolate.
LUIS P. CUANALO ARAUJO
Especialistas del sector agropecuario
Presidente del Colegio de Ingenieros Agroindustriales de México, A.C
Instagram: @luiscuanalo