La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, aseguró que no existe tensión política tras la entrada en vigor de la reforma al Poder Judicial, rechazando que incluso la oposición represente una amenaza en este sentido. En conferencia de prensa en su casa de transición, Sheinbaum sostuvo que la democracia implica diferencias de opinión, lo cual es parte de la normalidad política. "No todos pensamos igual, y qué bueno", declaró, minimizando las tensiones que podrían generarse por la reforma.
Al ser cuestionada sobre si el ex presidente Ernesto Zedillo tiene autoridad moral para opinar sobre la situación de México, Sheinbaum fue contundente al señalar que no, al menos "en el sentido de democracia, honestidad y corrupción". Explicó que su crítica no es hacia la persona de Zedillo, sino hacia lo que su gobierno representó, haciendo referencia a medidas como el Fobaproa, la privatización de los ferrocarriles y sus intentos de ceder el sector eléctrico a la iniciativa privada, los cuales no se concretaron gracias a la movilización ciudadana.
Sheinbaum calificó a Zedillo como "un representante del viejo régimen, del régimen de corrupción y privilegios", destacando que su sexenio dejó una deuda que el país sigue pagando. El Fobaproa, según Sheinbaum, fue un ejemplo claro de la relación entre el poder económico y el poder político, plagado de corrupción.
Sobre las críticas hacia la reforma judicial, Sheinbaum subrayó que esta busca combatir la corrupción y el nepotismo dentro del Poder Judicial, afirmando que dicho poder "no representa los intereses de las y los mexicanos, más que de un sector". Además, rechazó las acusaciones de autoritarismo, argumentando que la propuesta de elegir jueces por voto popular refuerza la democracia, en lugar de debilitarla.
En cuanto al sexenio de Zedillo, destacó los perjuicios de la privatización de los ferrocarriles y reiteró que, si la privatización del sector eléctrico no se concretó en 1999, fue gracias a la fuerte oposición social. Respecto a los recientes comentarios de Zedillo, Sheinbaum concluyó: "Se le respeta porque es un ex presidente, pero no coincidimos en su punto de vista".