Urge la IP a generar empleos de calidad

Por la coyuntura, derivada de la pandemia Covid-19, y las perspectivas de bajo crecimiento, la situación claramente se complicará para los siguientes años. Y “para lograr una mayor absorción de empleo se requiere de esfuerzos mayores; no solo se trata de incrementar el número de puestos de trabajo, sino especialmente su calidad. Es decir, empleos que cuenten con mejores salarios con sustento en su productividad y con seguridad social”, afirman los analistas del Ceesp.

En su análisis semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), refiere que de lograrse aumentar los empleos con calidad eso iría de “la mano con una reducción de la informalidad laboral, que se amplía al no haber mejores oportunidades de empleo formal, ocasionando mayor vulnerabilidad para las personas que laboran en este segmento ante situaciones como la de esta crisis sanitaria y menor productividad de la economía”.

El reto de política pública es lograr un ambiente de negocios en el que los procesos de contratación y despido sean menos onerosos, facilitando la rotación en el mercado laboral. “Entre 2005 y 2019 la tasa de crecimiento promedio anual del PIB fue de 2.1% y la población ocupada aumentó a un promedio anual de 915 mil personas. No obstante, el sector formal no ha tenido la capacidad de generar empleos a ese ritmo. Ello debido en buena medida a la falta de inversión productiva que incremente el acervo de capital y con ello la mayor demanda de puestos de trabajo –y de mayor productividad, por cierto-.”

Para los analistas del Ceesp, el sector formal solo ha podido generar un promedio de 502 mil nuevos empleos por año, independiente a la calidad que genere. “Existe un déficit promedio anual de 413 mil empleos formales, que en su mayoría terminan por caer en el sector informal, generalmente en puestos de trabajo de baja calidad, sin prestaciones sociales y con salarios bajos”.

Hasta ahora, la recuperación del empleo se concentra totalmente en el sector informal. En agosto había aún 10.1 millones de personas menos trabajando respecto a marzo: 5.3 millones más desocupados y 4.8 “disponibles” que han dejado de participar en el mercado laboral.

El sector formal no ha tenido la capacidad de generar los suficientes empleos. Esto deja un déficit de 413 mil empleos cada año. Probablemente se requerirán cinco años sólo para reponer los empleos perdidos, sin atender las necesidades emergentes en estos años. Los programas y proyectos insignia no resuelven el problema. Hay que implementar políticas activas que busquen proteger el empleo y facilitar una recuperación lo más pronta posible, señalan los especialistas del CCE.

Las cifras más recientes del INEGI indican que en agosto la participación en la población económicamente activa (PEA), recuperó 7.8 millones de personas de la pérdida de 12 millones que experimentó en abril. La población ocupada sumó 50.4 millones de personas, lo que significa que de mayo a agosto se han recuperado 7.2 millones de los empleos perdidos en abril. No obstante, esta recuperación se concentra totalmente en el empleo en el sector informal, mientras que la pérdida de 2.1 millones de empleos formales que se dio en abril se repite cuando se compara agosto con marzo.