Daniela Méndez
Científicos de los institutos de Astronomía (IA), de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA), ambas de la UNAM, así como de la Universidad de Guanajuato y de otras instituciones de México, España y Nicaragua, detectaron por primera vez, con luz óptica, el movimiento de dos diferentes tipos de nubes de gas en la galaxia NGC 7469.
Anna Lia Longinotti, experta del IA, destacó que “el hallazgo es un avance para saber cómo influyen los agujeros negros supermasivos en la evolución de estos objetos celestes, uno de los grandes problemas de la astrofísica”.
El objeto estudiado por Longinotti, Aitor Robleto Orús, alumno de doctorado en la Universidad de Guanajuato, René Alberto Ortega Minakata, del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, Sebastián Sánchez también del IA-UNAM y otros colaboradores, es una galaxia espiral ubicada en la constelación de Pegaso, aproximadamente 200 millones de años luz de la Tierra, la cual fue descubierta por William Herschel en 1784.
NGC 7469, es uno de los pocos casos donde se observan el viento generado por la formación estelar masiva y el proveniente de la acreción del agujero negro, en una galaxia tan cercana que abre la posibilidad de estudiarlos con gran detalle combinando de forma integral la información de estudios realizados en otras longitudes de onda.
La experta, precisó que “las observaciones que podemos medir en zonas diferentes se realizaron gracias a la espectroscopia de campo integral. Es decir, en cada punto o pixel (de la imagen) podemos sacar el espectro y éste puede tener componentes ligeramente diferentes en cada punto”.
Los científicos adelantaron que el siguiente reto que tienen es revisar cuáles podrían ser las interacciones entre estos dos tipos de vientos en éstas y otras galaxias.
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