Por Óscar Roa
El perro ha estado íntimamente relacionado con la vida del ser humano desde la antigüedad, para las culturas prehispánicas fue más que una simple mascota. Ahora se hablará del xoloitzcuintle.
La raza de perro xoloitzcuintle es originaria de nuestro país, además de ser reconocida por su particular apariencia al carecer de pelaje; sin embargo, su piel es suave, su hocico puntiagudo y posee una temperatura corporal alta, pero dejando las cuestiones físicas de lado ¿sabías que este perro era considerado un animal sagrado para nuestros antepasados?
En el mundo de los aztecas, principalmente, este perro representaba a la deidad gemela de Quetzalcóatl, es decir, al dios Xólotl. Al ser un animal caracterizado por servir al dios del inframundo, su trabajo principal era guiar a los difuntos en el otro mundo, conocido para ellos como el Mictlán.
Además, en múltiples sacrificios se sustituía al hombre por uno de estos cánidos, pues era quién mejor podía representar al hombre ante los dioses.
A partir de esto, la historiadora e investigadora Mercedes de la Garza comentó a la Secretaría de Cultura que, el perro se encontraba en el origen,
vida y muerte del hombre.
Imagen: INAH