Columnas
En estas fechas decembrinas, es lugar común decir que es un tiempo para la reflexión, la introspección y la tranquilidad de cara a lo que nos espera el próximo año. Algo hay de razón en eso, pues son semanas en que la mayoría de las personas vacacionan y están lejos de sus espacios laborales.
Aunque no pienso aburrir al lector que es aún más generoso por tomarse el tiempo de leernos en estas fechas, sí creo que es importante dar elementos para poder entender mejor nuestra vida pública en estas fechas de reflexión.
Es innegable que la política mexicana como la conocimos desde 1988 cambió. Ya no será la misma. El sistema tripartidista que nos caracterizó y que conformaba una claridad relativa dentro del espectro político ya no existe en esa forma. Morena ha logrado acaparar casi la totalidad del espacio político, de izquierda a derecha. Sólo asi se explica que personajes como Martí Batres, Manuel Espino, Esteban Moctezuma y Alfonso Romo sean parte del gabinete presidencial.
Así, los partidos tradicionales —PAN, PRI— y los emergentes —Movimiento Ciudadano— tendrán que repensar tanto su identidad como su posición en la nueva cancha política. Tendrán que mostrar inteligencia y audacia para entender los vacíos que está dejando Morena, las agendas que no defiende y los intereses que lastima.
Por esas razones, es probable que en los próximos años presenciemos una reconfiguración aún más fuerte que la que nos ha tocado ver en estos meses. Mi predicción es que el PRI no tendrá los resortes institucionales para poderse diagnosticar y posteriormente reformar. Defenderán un par de ocurrencias que sonarán “electoreras” en un afán desesperado por no perder el registro en el 21 o el 24. Pero no se reprogramará ni ideológica ni políticamente.
El PAN se correrá a la derecha. Ricardo Anaya quiso ocupar el espacio que va de la centro derecha a la centro izquierda, pero nunca entendió que su electorado y base estaban más a la derecha. Creo que el PAN se apostará por una agenda fuertemente liberalizadora en lo económico y regresiva en términos sociales. A ver cómo sale la apuesta.
Movimiento Ciudadano, siendo un partido en reconstrucción, con una nueva imagen y nuevas caras, será el partido más interesante en los próximos años. Habrá un espacio en el centro que se irá abriendo para aquellos votantes que creyeron en López Obrador y se sintieron defraudados. Habrá espacio en la izquierda para quienes crean que el Gobierno no cambió de fondo el modelo económico. Y habrá algo en la derecha para quienes les guste su estilo de hacer oposición. Tendrá que ser el partido de centro izquierda que defiende los derechos individuales, el libre mercado y la red universal de soporte para los más desaventajados.