El equinoccio de primavera en Chichén Itzá: el descenso de Kukulcán, un espectáculo arqueoastronómico único
Columnas viernes 07 de marzo de 2025 - 01:00
Cada marzo, la majestuosa ciudad maya de Chichén Itzá se convierte en el escenario de un espectáculo natural que deslumbra a visitantes de todo el mundo. Durante el equinoccio de primavera, la luz del sol proyecta una serie de sombras sobre la escalinata norte de la pirámide de Kukulcán, creando la ilusión de una serpiente emplumada descendiendo lentamente hasta la base del templo. Este fenómeno, cuidadosamente calculado por los antiguos mayas, simboliza la llegada de Kukulcán, el dios serpiente emplumada, a la Tierra para renovar la fertilidad y dar inicio a un nuevo ciclo agrícola.
Ubicada en el corazón del estado de Yucatán, a unos 120 kilómetros de Mérida y 200 kilómetros de Cancún, Chichén Itzá es uno de los sitios arqueológicos más importantes de México y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además de la pirámide de Kukulcán, el complejo arqueológico alberga impresionantes estructuras como el Gran Juego de Pelota, el Templo de los Guerreros y el Observatorio, testigos silenciosos del avanzado conocimiento astronómico de la civilización maya.
Para quienes deseen presenciar este fenómeno en 2025, diversas agencias de viajes están ofreciendo tours especiales que incluyen transporte, entradas al sitio y la guía de expertos en historia y cultura maya. Desde Quintana Roo, hay salidas desde Cancún, Playa del Carmen y Tulum, con opciones que varían desde excursiones de un día hasta paquetes que incluyen visitas a cenotes y comunidades mayas cercanas. Debido a la gran afluencia de turistas, se recomienda reservar con antelación y llegar temprano para encontrar un buen lugar desde donde admirar el descenso de la serpiente de luz.
El equinoccio en Chichén Itzá no solo es un fenómeno arqueoastronómico, sino también un evento espiritual para muchos viajeros que buscan recargar energía en este sitio sagrado. Durante estos días, es común encontrar danzas prehispánicas y ceremonias de purificación realizadas por guías espirituales y sacerdotes mayas, quienes invocan la energía de la Tierra y el cosmos. Los visitantes suelen participar en rituales de conexión con la naturaleza y meditaciones grupales para aprovechar la energía del equinoccio.
Vivir el equinoccio de primavera en Chichén Itzá es una experiencia inolvidable, en la que la historia, la astronomía y el misticismo se entrelazan en un espectáculo que ha maravillado a generaciones. Un recordatorio del ingenio de los mayas y su profunda conexión con los ciclos de la naturaleza, que sigue cautivando a quienes buscan comprender los misterios de esta ancestral civilización.