Columnas
La polémica sobre el tiempo que tomará la reconstrucción de Acapulco tras la devastación que provocó el huracán Otis continúa.
Siguen las críticas porque la CMIC afirmó que tomará cinco años, y también porque ya en diciembre se aprestan a promover la temporada navideña y también porque ratificaron el Tianguis Turístico para abril del 2024.
Los cuestionamientos surgen por este último porque una cosa es levantar algunos hoteles, como dicen los empresarios expertos, y otra cosa es tener la oferta necesaria del destino para que interese a los operadores.
Nos hacen reflexionar sobre todo aquél que llegue a Acapulco en busca de negocios y luego salga a divertirse, corre riesgo de no llegar a una zona segura y si pasa algo desagradable esto trascendería a nivel internacional y sería totalmente contraproducente para México.
Es cierto que el tianguis tendrá ocupación, pues un 70% de asistencia serán las dependencias gubernamentales, obligadas a asistir, pero el resto operadores y demás estarán expuestos a una oferta incipiente, poco atractiva y riesgosa de servicios en la costera.
Por otra parte, también siguen los cuestionamientos sobre los donativos y la “envoltura” que le dan a todo como “Gobierno de México”, pues a la gente le queda claro que desde el primer momento ésta ayuda se generó por la sociedad civil.
POR CIERTO
Ahora que hablemos de interesantes donativos como el que anunció Jaime Fasja, presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) que agrupa a cerca de 79 empresas inmobiliarias diversas tanto nacionales como extranjeras en México que mostraron su disposición a donar 48 millones de pesos para la reconstrucción de Acapulco y otros municipios de Guerrero afectados por “Otis”.
En la Asamblea de esta asociación la semana pasada el joven dirigente señaló que con donativos de empresas, más aportación de la ADI y triplicados por Inbursa el gremio donará esta entidad para reconstruir viviendas, centros de salud y escuelas entre otros servicios que consideran básicos para la vida de la población de los municipios afectados y también de éste destino turístico.
Aquí cabe la reflexión que hizo Francisco Solares, presidente de la CMIC en estos días sobre la oportunidad de reconstruir al destino, pero corrigiendo la laxa política de salubridad que ya prevalecía y buscando solucionar problemas como el desagüe y tiradero de deshechos que iban directamente a la bahía.
Es la oportunidad, de reconstruir, pero corrigiendo lo que estaba alejando al turismo de calidad y a los inversionistas por negativas políticas de salud, salubridad y manejo de deshechos. “no se debe reconstruir lo mismo”, recomendó el constructor.
“Pues”, como aclaró Roberto Zapata, Ceo de Hoteles Misión; “estaba llegando turismo que usaba como balneario a Acapulco”; así conminó a elevar la calidad del destino.
PREGUNTA
Si fuiste afectado por #Otis en #Acapulco …
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¿Consideras que deben reconstruir corrigiendo la mala infraestructura que ya existía en Acapulco y municipios conurbados?
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