AFP
El gobierno del presidente ultraliberal argentino Javier Milei, en medio de un enfrentamiento con los sindicatos aeronáuticos, dio un nuevo paso hacia la desregulación al anunciar que los vuelos nacionales ahora estarían abiertos a aviones y tripulaciones extranjeras.
Un decreto publicado el lunes en el Diario Oficial obliga a la ANAC, la autoridad de aviación civil, a conceder permisos a las aerolíneas extranjeras. Pretende “incentivar las inversiones en Argentina y promover la conectividad” en el país y así “fortalecer el principio de libre acceso a los mercados, generando mayor competitividad”.
Anteriormente, la norma exigía que las aeronaves y el personal que operaba en rutas nacionales fueran argentinos, salvo una proporción definida por el propio ejecutivo, sujeto a acuerdos de reciprocidad, y a un sistema de doble seguridad operativa mediante la participación de personal argentino.
La administración de aviación civil ahora podrá analizar y conceder rutas a empresas extranjeras en función de sus solicitudes.
La medida, "sumada a una serie de liberalizaciones en curso, permitirá a otras compañías aéreas cubrir inmediatamente las rutas aéreas locales si (Pablo) Biro et Cie continúa realizando huelgas", declaró en su cuenta Transportes Franco Mogetta, en referencia al líder del sindicato de pilotos.
El gobierno de Milei se encuentra actualmente en medio de un enfrentamiento con los gremios aeronáuticos, en particular de pilotos y tripulantes de cabina de la empresa nacional Aerolíneas Argentinas.
Los sindicatos denuncian ajustes salariales muy por detrás de la inflación (94,8% desde principios de año).
Varias huelgas de diversa magnitud en las últimas semanas han dejado en tierra aviones de Aerolíneas Argentinas, la principal del 13 de septiembre provocó 319 cancelaciones y afectó a 37.000 pasajeros, la mayoría en vuelos nacionales.
Poco después, Javier Milei, como anunció durante su elección en diciembre, publicó un decreto que establece la aviación civil y comercial como "servicio esencial", y exige un servicio mínimo del 50% en caso de huelga.
El ejecutivo quiere privatizar, entre otras empresas públicas, Aerolíneas (unos 11.000 empleados), pero ha tenido que renunciar por el momento ante la oposición del Parlamento.
Pero la presidencia anunció la semana pasada que había "iniciado conversaciones con varias empresas latinoamericanas para hacerse cargo de las operaciones de Aerolíneas Argentinas" si las huelgas continúan, lo que plantea la amenaza de que los aviones de la compañía sean operados por personal extranjero, al no serlo. capaz de privatizarlo.
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