Activistas que demandan mejor supervisión legal por parte de las agencias federales estadounidenses en la exportación de armas, indicaron que éstas últimas fluyen hacia América Latina hasta terminar en manos de cárteles de droga o con fuerzas de seguridad abusivas.
Según la agencia de control de armas estadounidense, el 50% del arsenal encontrado en relación con criminales, es recuperado y rastreado en América Central y proviene de Estados Unidos.
“Se llama el río de hierro y está inundando los países del sur”, indicó Elizabeth Burke, integrante de Acción Global, una organización estadounidense en contra la violencia armada.
En este sentido, se piden normas que impidan a fabricantes vender a comerciantes con prácticas de distribución laxas, así como frenar el comercio de artefactos perforantes y pistolas de fácil modificación para disparar cientos de balas al mismo tiempo.
Por su parte, las armerías sostienen que venden legalmente a estadounidenses que pasan una verificación de antecedentes.