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Buscatalentos y amigos de la infancia juzgados por ejercicio ilegal de la profesión de agente de fútbol
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AFP
De los tres amigos "sandbox", sólo uno tiene licencia para ser agente deportivo. Pero el miércoles, ante el tribunal penal de Bobigny, los otros dos actores lucharon por definir los límites de sus actividades, que acusan sin detalles concretos.
El primer entrevistado fue Abdelkader K., barba negra y ropa oscura. Procesado por ejercicio ilegal de la profesión de agente y blanqueo de capitales en banda organizada, se define sin rodeos como "ya no un hombre en el campo", y posee además el título de instructor deportivo con opción a fútbol.
“No, no soy un agente”, dice el hombre que entrena los futuros talentos que ha descubierto gracias a su actividad de “scouting”, un anglicismo utilizado para referirse a quienes detectan jugadores.
La cuestión del proceso, aclaró el miércoles el juez, es precisamente determinar en qué calidad y por qué servicios los acusados recibieron su remuneración, a menudo calculada en decenas de miles de euros.
Entre "exploradores", empresarios y agentes, las fronteras se difuminan y tanto la Federación Francesa de Fútbol (FFF) como los tribunales trabajan para que esta nebulosa se ajuste a la ley.
Sólo los titulares de una licencia de la FFF son agentes y pueden poner a un jugador en contacto con un club por una remuneración máxima del 10% del importe del contrato firmado.
En 2014, fue como "ojeador" que Abdelkader K. descubrió a Dayot Upamecano, que ahora juega en la selección francesa pero que a los 16 años, según el acusado, presentaba deficiencias técnicas: "con los pies era un pingüino".
Él y su amigo Jalal B., también juzgados, trabajan juntos con el talento emergente.
Cercano a la familia del jugador, Jalal B., ex judoka internacional, se ocupa de "todo el aspecto médico y nutricional", mientras que Abdelkader K. se ocupa del aspecto específico de la técnica futbolística.
- “¿Me estás dando un mandato, Saïd?” -
En 2018, como “proveedores comerciales”, los dos amigos firmaron un acuerdo con un abogado deportivo, que luego hizo que Dayot Upamecano firmara su primer contrato profesional con el club austriaco Salzburgo.
Sintiéndose engañados por esta primera experiencia de la que cada uno retiró 240.000 euros mientras el abogado recibía más de un millón y medio, los dos hombres armaron un "paquete" con su amigo Lasana K., agente titular de licencia desde 2017.
Juntos, el trío gestionará “una decena de jugadores”, sin conseguir colocarlos a todos en un club profesional.
De 2017 a 2023, la OCS de Angers (L2) será uno de sus principales socios comerciales.
Abdelkader K. habla por teléfono con Saïd Chabane, propietario y entonces presidente del club, sobre “uno o dos movimientos que hay que hacer” en el mercado de fichajes de verano.
"Cuando le dices '¿me estás dando un mandato, Saïd?', ¿estás hablando de un mandato de agente?", pregunta el presidente del tribunal.
“Es sólo una expresión, en la jerga futbolística, que dice mandato dice jugador”, replica.
¿Qué pasa con las cantidades que le paga, a través de sus respectivas empresas, su amigo agente Lasana K. por sus servicios?
“Es una discusión entre nosotros”, responde, “no hay grillas”.
Al inicio de su interrogatorio, Jalal B. sostiene que la distribución del dinero "nunca ha sido un desacuerdo" entre ellos.
El tribunal seguirá interrogándolo el jueves por la mañana, así como a Saïd Chabane.
con/pa/lbx
© Agencia France-Presse
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SG/CR
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