Luego del terremoto que azotó a Turquía, el joven Adnan Mohamed quedó atrapado bajo los escombros y así permaneció casi 100 horas, hasta que los equipos de rescate lograron llegar hasta él.
Durante el tiempo que pasó atrapado, el chico de 17 años se cobijó en un hueco que encontró en lo que era el sótano de su edificio y tuvo que ingeniárselas para mantenerse con vida.
"Bebí mi propia orina para seguir vivo. Pude sobrevivir de esa manera", contó tras su rescate.
Tras ser rescatado se ha fundido en un abrazo con su madre y sus hermanos pequeños, quienes no han parado de abrazarlo y besarlo, celebrando su regreso a la vida.
La catástrofe ya se ha cobrado la vida de más de 20,000 personas y ha dejado a otras 73,000 heridas.
Hasta el momento, los servicios de emergencia siguen trabajando a contrarreloj para intentar localizar a gente con vida.
Con información de Agencias
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