Creen que el Liverpool-Atlético de Madrid, ayudó en el brote de Covid-19

Notimex

La consejera científica del Ministerio de Defensa inglés, Angela McLean, calificó de “hipótesis interesante” la teoría de que el partido entre Liverpool y Atlético de Madrid, celebrado el pasado 11 de marzo, contribuyó en la propagación del Covid-19 en territorio británico.

“Creo que será muy interesante ver en el futuro, cuando haya terminado todo, qué relación hay entre los virus que han circulado en Liverpool y los virus que han circulado en España”, declaro la científica a un diario londinense.

Fueron más de tres mil aficionados madrileños que se desplazaron a Liverpool para apoyar y ver ganar a su equipo el duelo correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Champions League, el cual les dio un boleto a la siguiente ronda, pero que pudo haber sido un acelerador en los contagios de coronavirus.

Las declaraciones de McLean refuerzan las palabras emitidas días atrás por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien dijo que el viaje de los fanáticos “colchoneros” a suelo británico “no tuvo ningún sentido. Fue un completo error.”

Aquella atípica semana de octavos de final en la competencia por la “Orejona” dio mucho de qué hablar, pues el martes 10 de marzo, RB Leipzig jugó ante Tottenham con aficionados en suelo alemán, mientras en el otro choque del mismo día, entre Valencia y Atalanta en España, se negó el acceso al público.

Un día después se disputó el citado duelo entre ingleses y españoles en un estadio de Anfield abarrotado, pero, a la misma hora, París Saint-Germain y Borussia Dortmund jugaron en la capital francesa sin gente en las gradas, pero con miles de fanáticos en los alrededores del Parque de los Príncipes.

No es la primera vez que el fútbol está en el punto de mira de las autoridades sanitarias y científicas como foco de propagación del coronavirus, pues el partido de ida entre Atalanta y Valencia, disputado en Milán el 19 de febrero, fue catalogado como una “bomba biológica” por el alcalde de Bérgamo, Giorgio Gori.

Imagen: Reuters