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Ubicada en la costa del Pacífico mexicano, a solo 25 kilómetros de Zihuatanejo, Barra de Potosí es un pequeño pueblo de pescadores donde la naturaleza marca el ritmo de la vida. Este rincón de Guerrero, rodeado por la laguna del mismo nombre y el océano, es un destino ideal para quienes buscan una experiencia de ecoturismo auténtico, lejos del bullicio de los grandes desarrollos turísticos.
Un santuario natural entre la laguna y el mar
El gran atractivo de Barra de Potosí es su laguna, un ecosistema de manglares que alberga una impresionante biodiversidad. Aquí, los visitantes pueden explorar en kayak o en recorridos en lancha para ver un amanecer espectacular observando aves como garzas, pelícanos y fragatas, además de especies de peces y reptiles. Es un lugar perfecto para los amantes del avistamiento de aves y la fotografía de naturaleza.
Pero la aventura no termina en la laguna. La playa de Barra de Potosí es extensa y tranquila, ideal para nadar, hacer snorkel y relajarse bajo la sombra de las palapas. Al ser parte del corredor ecológico de la Costa Grande de Guerrero, sus aguas son hogar temporal de diversas especies marinas, incluyendo las majestuosas ballenas jorobadas.
Entre diciembre y marzo, las ballenas jorobadas migran hacia las cálidas aguas del Pacífico mexicano para reproducirse y criar a sus crías. Desde Barra de Potosí se organizan tours de avistamiento de ballenas, una experiencia que permite observar de cerca a estos gigantes del mar en su hábitat natural. Los guías locales, como Arturo Mellín y muchos de ellos pescadores que han aprendido a convivir con la fauna marina, ofrecen recorridos responsables que respetan las normas para evitar alterar el comportamiento de los cetáceos.
Además de ballenas, es común ver delfines, tortugas marinas y mantarrayas en las aguas cercanas, lo que convierte a este destino en un sitio privilegiado para el ecoturismo marino.
En Barra de Potosí, el turismo aún mantiene un perfil sustentable y comunitario. Muchas de las actividades son organizadas por habitantes locales que buscan preservar el entorno y compartir su cultura con los visitantes. La gastronomía también es parte fundamental de la experiencia: en los pequeños restaurantes frente a la playa, conocidos como enramadas, se pueden probar mariscos frescos preparados con recetas tradicionales, como el pescado a la talla o los camarones al mojo de ajo.
Por su cercanía con Zihuatanejo y la facilidad para llegar desde el Aeropuerto Internacional de Ixtapa-Zihuatanejo, Barra de Potosí es un destino alternativo que se debe visitar. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse, donde el sonido de las olas y los cantos de las aves reemplazan el ruido de la ciudad.
Para los viajeros que buscan un destino de naturaleza, aventura y conservación, este rincón de Guerrero es, sin duda, una joya por descubrir.