Este miércoles, el Tribunal Supremo de Estados Unidos restringio el acceso a anticonceptivos para las mujeres del país, con base en una norma impulsada por el presidente Donald Trump, la cual permite a las empresas negar a sus empleadas la cobertura gratuita de ese servicio por motivos religiosos.
Dicha orden permitió que cualquier empresa, incluidas universidades, hospitales o aseguradoras médicas, se negara a ofrecer cobertura de anticonceptivos a sus empleados si alegaban objeciones religiosas o morales, a causa de una exención que bajo el Gobierno de Obama solo incluía a las iglesias o casas de culto.
Por su parte, las magistradas progresistas Sonia Sotomayor y Ruth Bader Ginsburg se mostraron en contra, ya que según los cálculos del propio Gobierno, “entre 70 mil 500 y 126 mil 400 mujeres perderán el acceso a servicios anticonceptivos gratuitos”.
La reforma sanitaria de 2010 permitió que se diera acceso a una cobertura médica gratuita de anticonceptivos a más de 62 millones de mujeres en edad reproductiva y que hasta entonces no la tenían, incluidas 17 millones de latinas y 15 millones de negras, según Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud reproductiva del país.
Sin embargo, los conservadores evangélicos blancos, que tienen un gran poder en el Partido Republicano, han prometido continuar con su batalla para lograr que el Supremo, de mayoría conservadora, derogue la decisión que en 1973 legalizó el aborto en todo EE.UU.
Información de Agencias
Imagen de Twitter