El Senado de la República aprobó una reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, que incluye la creación de tres nuevas secretarías y la transformación de una más. Esta iniciativa, respaldada por Morena, el PT y el PVEM, generó debates y divisiones entre las bancadas.
Con la reforma, la Secretaría de la Función Pública (SFP) será reemplazada por la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, asumiendo las funciones del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el cual está próximo a desaparecer. Además, se elevó a rango de secretaría al Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología y Humanidades, y al Instituto Nacional de las Mujeres. También se creó la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, cuya función será coordinar proyectos de tecnología y datos públicos.
El respaldo mayoritario a la reforma no evitó que la oposición manifestara sus reservas. El senador del PAN, Antonio Martín del Campo, expresó un "voto de confianza" hacia la transformación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en la secretaría, argumentando que podría "abrir el camino hacia un país más innovador" tras los recortes presupuestales sufridos en administraciones anteriores.
Por su parte, Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, destacó la importancia de evitar una centralización excesiva en la nueva Secretaría de Ciencia, Tecnología y Humanidades. “Es crucial que esta Secretaría colabore con universidades, centros de investigación y la iniciativa privada, garantizando transparencia en la asignación de recursos”, señaló.
La priista Carolina Viggiano apoyó la creación de la Secretaría de las Mujeres, pero criticó la falta de presupuesto asignado. “Las palabras y discursos son solo buenas intenciones si no hay recursos para respaldarlos”, advirtió que esta medida podría quedar como una promesa incumplida. Además, rechazó de manera rotunda la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones debido al riesgo de mal uso de los datos personales por parte del gobierno.
Mientras tanto, Alejandra Barrales, también de Movimiento Ciudadano, criticó la nueva Secretaría Anticorrupción, argumentando que su creación elimina facultades clave de órganos autónomos que han sido pilares de la democracia y la transparencia en México.
En respuesta a las críticas, el senador Manuel Huerta, de Morena, defendió la reforma afirmando que la oposición se muestra incongruente al respaldar parcialmente las nuevas dependencias. “Ellos quieren verse bien apoyando a las mujeres y la ciencia, pero tiemblan con el tema de la anticorrupción porque saben lo que hicieron en el pasado”, declaró, recordando escándalos como la cancelación del Tren México-Querétaro y el caso de la Casa Blanca durante administraciones anteriores.
Finalmente, la reforma fue aprobada con una marcada división, reflejando las tensiones políticas en torno a los cambios estructurales en el gobierno federal. Estos ajustes marcan un nuevo rumbo para la administración pública en México y representan uno de los primeros movimientos significativos del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Foto por Cuarto Oscuro