El cultivo informativo de la television

“La voluntad política de un país reside en la integridad de su ciudadanía” CVJA

Estamos por llegar al primer año de la declaratoria de emergencia sanitaria en México y durante este periodo nuestro consumo de información y entretenimiento se incrementó por las razones mismas del confinamiento y de la expectativa que generó la aplicación de políticas gubernamentales para atender la pandemia.

En este sentido, casi 8 de cada 10 mexicanos ven la televisión abierta (Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales, Instituto Federal de Telecomunicaciones, 2019-2020), lo que la hace sumamente importante en momentos como los que actualmente vive nuestro país. Donde cada día es más perceptible la deshumanización de los contenidos y la polarización política, aunado a la infodemia que se ha convertido en un riesgo latente para todos.

Con este dato, es posible asegurar que la televisión en México forma parte de la cultura popular, pues no solo informa, sino que entretiene y educa. Más aún, si a este dato agregamos uno más que se ubicó con este ejercicio demotécnico; que es que 82 por ciento de las niñas y niños en México también ven televisión abierta.

Lo lamentablemente de esto es que, según la Teoría de cultivo (George Gerbner y Larry Gross) da cuenta de que mientras la gente pase más tiempo viendo el mundo creado por la televisión, será más fácil que crean en aquella realidad ya que la TV “cultiva” y crea percepciones falsas a la realidad, con una repetición continua de patrones, ideologías, relaciones, etcétera, que sirven para redefinir el mundo y legitimar un orden social o un proyecto político.

Si son correctos los datos del IFT, un mexicano promedio pasó de consumir 1.8 horas de contenidos diario durante 2015, a consumir 3.2 horas diarias durante 2019-2020.

Este es un dato contundente, pues si la Teoría del cultivo es correcta, podemos asegurar que México se encuentra en una “paradoja histórica”, donde la sobreexposición prolongada de los contenidos violentos y la polarización a los espectadores mexicanos nos está llevando y alentando hacia una percepción distorsionada de la realidad, donde el cultivo es que nos volvamos inmunes al horror de la violencia y a la aceptación de narrativas que solo buscan la consolidación, apropiación o arrebato del poder político.

Si lo pensamos tan solo por un momento, los mexicanos de alguna forma nos hemos vuelto inmunes a todas las terroríficas noticias de a diario. Hemos normalizado muchos de los problemas sociales mexicanos como: la corrupción, la pobreza, el desempleo, la violencia, los feminicidios, la trata, el lenocinio, las violaciones sexuales, los linchamientos, por mencionar sólo algunos problemas sociales.

Con la Teoría del cultivo, y los mexicanos consumiendo irracionalmente, queda claro que la televisión ejerce un poder muy fuerte en las decisiones y pensamientos de una sociedad derrotada por su propia ambición y apetito por devorar contenidos sin sentido social.

Lo que hoy realmente importa de su consumo televisivo se centra en aquellos informativos, entretenimientos o series que sociabilizan y promueven la estandarización de roles y comportamientos basados en el consumo urbano y el éxito ascendente de la criminalidad.

Es por eso que ahora que vemos algún contenido explícito de violencia o que dan a conocer alguna noticia sobre algún político corrupto que además es acusado de haber violado en distintos momentos a mujeres en total impunidad; la respuesta por parte de la sociedad mexicana es de desinterés.

La polarización mediática busca hacernos suponer que acusaciones tales como la que se le imputan a un político violador son parte de una “falsa” realidad que busca desestimar el proyecto de nación. Y eso, es sencillamente inaceptable para un país que esta sediento de justicia.