En el barrio también soñamos con la paz

El anhelo de paz es una aspiración que nos une a todas y todos en México. En cada rincón del país, sin importar nuestras diferencias, compartimos el deseo de vivir en un entorno seguro, con oportunidades y bienestar para nuestras familias. Sin embargo, para quienes nacimos y crecimos en el barrio bravo de Tepito, la vida nunca ha sido sencilla.

Ser tepiteña implica llevar un estigma a cuestas. Durante años, nuestro barrio ha sido señalado como sinónimo de peligro y delincuencia. Hemos sido etiquetados injustamente por las adversidades que nos han rodeado. Pero quienes conocemos de verdad a Tepito sabemos que también es cuna de valores inquebrantables: el amor por la familia, la solidaridad entre vecinos y la determinación de salir adelante. Aquí aprendimos que la unión es nuestra mayor fortaleza y que la adversidad no nos define, sino la forma en que la enfrentamos.

Soy la primera representante popular del barrio bravo de México, un hecho que no tomo a la ligera. Representar a mi comunidad en la Cámara de Diputados es un compromiso que asumo con responsabilidad y trabajo constante. Me debo a mi gente, a quienes han depositado en mí su confianza, y mi deber es responder con acciones concretas que contribuyan a mejorar nuestra realidad. Por eso, he emprendido una serie de acciones por la paz en Tepito y en diversas colonias de la Alcaldía Cuauhtémoc.

Las mujeres trabajadoras del barrio son un pilar fundamental de nuestra comunidad. Desde muy temprano, salen a las calles a vender, a atender sus negocios, a luchar por el sustento de sus familias con una determinación inquebrantable. Aquí, la fe es uno de los motores de nuestra vida. Cuando la necesidad pierde nombre, la fe da esperanza. La solidaridad de los vecinos nos recuerda el amor de la vida misma y nos mantiene firmes en nuestra lucha diaria. Es en esta unión y fortaleza donde encontramos la verdadera esencia del barrio.

Uno de los pilares de esta estrategia es recuperar el talento del barrio a través del deporte. Nuestra historia ha demostrado que el boxeo, el fútbol y muchas otras disciplinas han sido un camino de esperanza para cientos de jóvenes. En Tepito, el box no es solo un deporte, es una tradición, un legado que ha formado a campeones dentro y fuera del ring. Con esta convicción, me he sumado a las acciones de nuestra Jefa de Gobierno en favor de la paz y la reconstrucción del tejido social.

Este sábado daremos un paso más en esta dirección con la realización de la primera clase masiva de box en la alcaldía. Será un espacio donde niñas, niños y jóvenes podrán acercarse a este deporte, aprender disciplina y construir un entorno más seguro para su desarrollo. No solo se trata de lanzar golpes en el ring, sino de aprender valores como la perseverancia, el respeto y la dedicación.

La paz no se construye con discursos, sino con acciones. Necesitamos generar oportunidades reales para nuestras juventudes, ofrecerles alternativas que les permitan alejarse de la violencia y encontrar en el deporte, el arte y la educación caminos de vida dignos. Sabemos que el reto es grande, pero también tenemos la certeza de que, con trabajo y compromiso, podemos transformar nuestra realidad.

El barrio bravo de Tepito es un símbolo de lucha y resistencia. Quienes crecimos aquí sabemos que la violencia no es nuestro destino, que podemos romper con los estigmas y demostrar que nuestra gente es trabajadora, solidaria y llena de talento. La paz es un anhelo colectivo, pero también una responsabilidad compartida. Sigamos construyéndola juntas y juntos, con cada acción, con cada oportunidad y con cada puerta que abrimos para nuestras nuevas generaciones.