Hace más de 30 años, Mario Niebla, político sinaloense, senador, yerno de Antonio Toledo Corro (QEPD) quien fuera gobernador, para nada realizaba conversaciones por teléfono.
En este entonces no existía el teléfono celular y mucho menos el satelital, Tampoco eran de alta tecnología los sistemas de espionaje, al menos en el tercer mundo. Común la frase entre políticos y entre servidores públicos: “hay pájaros en el alambre”. Expresión para advertir que la conversación estaba siendo escuchada. Cuando eso sucedía, tenían ruido los aparatos telefónicos fijos, recordados por los números que se marcaban al girar un disco.
Parecía exagerada la actitud de Mario. Platicaba que el propio José López Portillo, siendo presidente, le recomendó que, si quería llamar por teléfono, lo hiciera a través de uno público. Hoy estos teléfonos prácticamente ya no existen, están en proceso de extinción. Todo mundo tiene celular, aunque sea de los desechables y menos caros.
El tiempo le dio la razón al senador Mario Niebla. Desde entonces a la fecha, se perdió la cuenta de los políticos que han sido grabados. En la actualidad, hasta videograbados. Nunca se ha podido descubrir o detener a los grabadores. El espionaje está prohibido. Hay medios que se regodean cuando de manera anónima les hacen llegar grabaciones. No dudan en darlas a conocer, para ganar rating o porque favorece a sus intereses.
Mario, mientras fue legislador, nunca utilizó el teléfono para hablar de política, prefería hacerlo en la calle o en sitios con ruido. Jamás le descubrieron ningún secreto.
Apenas en el sexenio anterior, funcionario de Gobernación, llegaba al extremo de no hablar de política ni en la calle, en particular cerca de edificios institucionales. Temía ser escuchado.
En el presente, hay legisladores que en sus oficinas acostumbran a subir el volumen de sus televisores a la hora de afinar estrategias con su equipo de colaboradores.
Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, ya no hace bromas por teléfono desde que le grabaron su conservación con el secretario Ejecutivo sobre el lenguaje y estilo de un indígena.
Personal de seguridad de Luis Donaldo Colosio llegó a encontrar micrófonos en su oficina de la Secretaría de Desarrollo Social. Tuvo que comprar detectores para usarlos cada vez que se cambiaba de oficina. La ocupaba hasta que su equipo le aseguraba que estaba “limpia”.
Todo se ve y todo se graba, ya nada se puede ocultar. El objetivo es saber que hace mal o trama el adversario. Incluso, hasta los deportistas se tienen que cuidar cuando conversan sobre sus estrategias durante el juego. En el beisbol los peloteros se tapan la boca con el guante en el momento en que intercambian impresiones con su manager y son enfocados por la televisión. Les preocupa que el contrario tenga gente que se dedique a leer labios. Lo mismo sucede en el futbol americano, técnicos y jugadores se tapan la boca cuando se dan cuenta que la cámara de video los tiene en la mira.
Todo este contexto para recordar que la práctica del grabado se intensifica cada vez que se avecinan elecciones. Pronto estarán en juego las gubernaturas de Aguascalientes, Hidalgo, Tamaulipas, Quintana Roo, Oaxaca y Durango. Harán bien los candidatos si toman sus precauciones, no los vayan a sorprender fuera de base los “Mata Hari” modernos.
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