La materia electoral es una de las más dinámicas en nuestro país. Constantemente se realizan modificaciones legales y administrativas enfocadas a mejorar las condiciones de equidad y justicia en las contiendas, con el objetivo de fortalecer la participación ciudadana y la cultura democrática.
En la Ciudad de México, durante el Proceso Electoral 2017-2018 estrenamos el andamiaje electoral, que permitió llevar a buen puerto la elección de Jefatura de Gobierno, la I Legislatura del Congreso, 16 Alcaldías y 160 Concejalías, las últimas tres, figuras novedosas en su diseño legal en materia electoral para la capital.
770 días han pasado desde la conclusión del mencionado proceso (dos años, un mes y ocho días), tiempo en el que las autoridades legislativas y electorales han impulsado cambios en el sistema democrático de nuestra ciudad.
Los retos y dificultades de la normativa electoral aplicable en 2018, abrieron la puerta para un debate en el que se han involucrado autoridades, organizaciones de la sociedad civil, academia y expertos en la materia, buscando transformar las áreas de oportunidad en realidades que beneficien a la ciudadanía en el ejercicio pleno de sus derechos político-electorales.
Los temas de equidad de género, erradicación de la violencia política, inclusión de personas con discapacidad, pueblos y barrios originarios, comunidades indígenas residentes en la Ciudad de México y acceso de jóvenes a la toma de decisiones, son solo algunos de los temas que podemos mencionar que han sido parte del debate.
Para el Proceso Electoral 2020-2021, próximo a comenzar, ya se tienen las reglas con las que miles de ciudadanas y ciudadanos participarán para obtener la simpatía y el voto de quienes habitamos en esta ciudad.
Salvo algún cambio de última hora, las normas en materia de violencia política de género, aprobadas en julio pasado por el Congreso de la Ciudad de México, serán aplicadas, tal cual, de manera posterior a 2021.
Por otra parte, es importante mencionar, que este proceso será la primera ocasión en la democracia moderna en que se permita la reelección en el Poder Legislativo (tanto federal como local), así como en las Alcaldías de la Ciudad de México, lo que representará un nuevo reto para las autoridades administrativas y jurisdiccionales.
Finalmente, tenemos que estar conscientes que el actual proceso tendrá aparejadas cuestiones positivas y negativas propias de la competencia electoral. Sin embargo, debemos reconocer que cada elección será siempre la más importante de nuestra historia, no solo por el número de puestos de elección popular, sino porque cada una de ellas representa la oportunidad de fortalecer los aciertos y corregir los errores, manteniendo siempre una visión de constante mejora de la democracia y, por ende, de la sociedad.