Fracasó la estrategia de contención de COVID-19 y hay que ajustar

1. La frialdad de los números. Al 25 de junio, con 196,847 casos, México ocupa la posición 11 en cuanto al número total de contagios de COVID-19; desafortunadamente, el país sube al lugar 7 en cuanto a muertes reportadas por el Coronavirus, pues con 24,324 fallecimientos oficialmente considerados como consecuencia directa del COVID-19, el país queda por debajo únicamente de los Estados Unidos (124,185 decesos); Brasil (54,434), Reino Unido(43,230), Italia (34,678), Francia (29,752) y España (28,330) Tristemente, los tres países americanos presentes en esta lista tuvimos la posibilidad de observar cómo se expendía la pandemia por Asia y Europa para prepararnos mejor y fallamos. Tan fallamos que México es, en esa misma lista, el lugar número 6 en cuanto al número de nuevos casos en las últimas 24 horas con 5,437 cuando ya deberíamos haber “domado la curva” (López Obrador dixit) y recuperado la normalidad productiva.

2. ¿Falla de San Andrés? A diferencia de lo ocurrido con la crisis y la destrucción masiva de empleos en la que, de manera prácticamente unánime, el gremio de los economistas (serios) de este país le dijimos al Presidente que se equivocaba al no ajustar su política, se nos respondió en tono burlón, la realidad nos dio la razón y ahora millones de mexicanas y mexicanos pagan los platos rotos, en el caso de la pandemia, más allá de apreciaciones ya muy subjetivas y sin evidencia que las pueda sustentar, aquí no se puede señalar al Titular del Ejecutivo de manera directa.

3. Vivir para pelear un día más. Dado que este es un patógeno nuevo, no hay un manual al cual apegarse y, en consecuencia, todos los países asumieron riesgos altísimos al diseñar sus estrategias de contención, unas funcionaron a pesar de las circunstancias, como Corea; otras lo hicieron a pesar de pasar por condiciones políticas adversas, como Alemania; otras, como Italia, ni las manos pudieron meter; y en otros casos, como México, simplemente no funcionó. Duele por México, duele por los muertos, duele por el llanto de las familias y por el esfuerzo que el Sector Salud ha hecho, pero no encuentro otra manera productiva de abordarlo.

4. Is the Economy, COVID! López y Trump. Trump y López. Increiblemente, a pesar de que el tema del T-MEC flota alrededor de ellos todo el tiempo, ninguno considero la complementariedad económica, comercial y productiva de ambas naciones y Canadá. Ante la falta de una lógica de bloque, se implementaron políticas de contención desfasadas y ahora la industria mexicana retoma su ritmo laboral metido en el repunte de los contagios. La disyuntiva no es mejor: perder la vinculación comercial con los Estados Unidos y eventualmente caer en desabasto.

5. Implacable. Entendiendo la trascendencia de las elecciones del 2021, no creo que haya en este momento algo más importante, tanto en la agenda económica como política de México, que replantear de fondo la estrategia de contención del COVID-19 en un entorno de normalización laboral del país. El reto es inmenso y no hay lugar ni para errores ni para mezquindades. Aquellos políticos, carentes de la más mínima empatía con las familias mexicanas, que ya están con la camisa de campaña puesta sin reparar en la realidad del país, espero que la sociedad se los cobre carísimo. No me cabe duda de que la historia así lo hará.