Gracias Novena México

“El béisbol es analogía de la vida misma” Dicen que se aprende más de los fracasos que de los éxitos. Es probable que así sea, porque salen a flote las áreas de oportunidad, se hacen claras para poder atacarse, pero ah, como cuesta dejar el orgullo a un lado, prepararse mejor y volverlo a intentar.

Corriendo a primera base. No hay derrotas honrosas, pero existen también aquellas en las que nadie puede sentirse avergonzado, son esos juegos, series, temporadas, donde cada pelotero puede salir con la cabeza en alto por haber dejado en el terreno de juego el mayor de sus esfuerzos, ninguna gota de sudor sin derramar. Así fue precisamente el último juego de México en el Clásico Mundial de Béisbol 2023, donde la derrota ante Japón (a la postre campeón del torneo) fue muy dolorosa por la forma en que se presentó, recibiendo 2 carreras en la 9a entrada que convirtieron victoria en descalabro, pero también digna y sin nada que reprochar a ninguno de los peloteros, por el contrario hay que reconocer que los del Sol Naciente jugaron su béisbol e hicieron mejor las cosas tanto en el pitcheo como en la ofensiva, en pocas palabras consiguieron un triunfo más que merecido, el cual también, de haberse dado, lo habría sido para la Novena Tricolor, pero el hubiera es inexistente, así que sólo queda el buen sabor de boca de un 3er lugar mundial, logro que México no obtiene todos los días, vaya, ni todos los años, menos aún en deportes de conjunto, por lo que, con estos datos, hablamos de la Selección Mexicana de Béisbol más trascendente en la historia, considerando por supuesto categorías mayores.

Robando segunda. La estrategia es el aspecto más visible para un mánager, desde decidir al pitcher abridor, hasta aquella jugada enviada en la 9a entrada, pero dirigir a un equipo va un poquito más allá. Estar al pendiente del estado de ánimo de los peloteros, lidiar con los egos de jugadores estelares, fungir como puente de comunicación con directivos para todos los aspectos que requiere su equipo, así como, lo más importante, convencer a los integrantes del grupo que tienen que jalar parejo para formar un verdadero equipo con metas comunes, claro, con el apoyo de los líderes de la novena, con los cuales hay que trabajar más de cerca para que sean aliados en la misión. Porque cuando en los grupos hay egos que son más grandes que el equipo y se anteponen los objetivos personales o incluso familiares al beneficio del equipo, se rompe el #TeamWork para dar paso al fracaso. Afortunadamente en esta ocasión esas situaciones que habían sido denominador en anteriores procesos no se presentaron. Vaya un aplauso, así como gran reconocimiento para Rodrigo López, Jorge Campillo, Mariana Patraca, Benjamín Gil y todos los coaches, que lideraron a esta Selección a este tercer lugar que llena de orgullo a todos.

Camino a la antesala. El resultado en lo deportivo queda sellado en los libros de la historia, pero hay un aspecto muy relevante, que no se mide de manera inmediata. Esta selección logró aglutinar frente a la televisión (en una nueva opción que apostó y le salió a la perfección la jugada) nuevamente a familias enteras, a amigos de trabajo que buscaban dónde ver los juegos o ya de perdida vía redes sociales ir conociendo los resultados del Tri Beisbolero, pero no hablamos sólo de los aficionados cautivos, “los de siempre” sino, muy importante, de personas antes ajenas, pero que les llamó la atención el juego, entre ellos niños, y se envolvieron en la magia del Rey de los Deportes. No es posible medir del todo ese impacto hoy mismo, pero la semilla que sembró esta Novena México puede trascender, aunque claro, para eso se requiere que las ligas mexicanas y en cierta medida MLB den continuidad para atraer y atrapar a estos potenciales aficionados y convertirlos en parte de su público cautivo.

Barridos en home. Es de destacar el #TeamWork que este equipo mostró. En cada juego emergía un héroe diferente. Así vimos a Joey Meneses con sus 2 HR ante EEUU, Luis Urías con su hit del gane vs Puerto Rico, Patrick Sandoval con 2 salidas espléndidas en juegos clave, Isaac Paredes produciendo las carreras que dieron la voz de ataque ante los boricuas y, por supuesto, Randy Arozarena, el jardinero izquierdo mexicano tuvo un torneo en versión 4HD. Vaya manera de ganarse al público, tanto el tricolor como el de otras naciones, con su bateo, corrido de bases, así como su fildeo allá en su pradera. el 1er bat nacional vaya que le gustan estos juegos de presión, recordemos su actuación de postemporada con Tampa Bay hace unos años, pero sume usted su actitud, siempre atento con la afición, respetuoso con los rivales (saludos a Will “Elmer” Smith) y un líder entre los suyos. Es de esos jugadores con el sello de antaño, que josean sin exceso, que disfrutan el juego y hacen que los que están alrededor, tanto en tribuna como en el terreno de juego, también lo hagan, peloteros que hacen falta, mucha falta para que los potenciales nuevos aficionados encuentren en ellos una razón más para retratarse en la taquilla.

Jugada en revisión. ¿Es un fracaso no ser campeón? ¿cómo se le recordará a esta novena en lo futuro? en el caso de la primera pregunta, consideramos que no lo es, dadas las formas, los procesos que el equipo siguió, reiteramos, desde su planeación, la integración del roster, el desempeño de los peloteros y la dirección del mánager.

Actualmente en el deporte priva una cultura “resultadista” en la cual, de manera muy corta, el título es el único objetivo, olvidando que hay otros más, uno de ellos es precisamente la respuesta al 2o cuestionamiento, ojalá en 3 años la afición haya crecido, involucrándose en el béisbol en lo general y espere con alegría la nueva participación mexicana, basados en lo que este equipo logró y que está escrito con letras de oro en los virtuales Muros del Honor del Deporte Mexicano, como una de las más grandes actuaciones jamás vistas. Viva México. Viva el Béisbol.

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