Gran riqueza en lo cultural y turístico, sólo en Metepec

Un destino lleno de misterio, anécdotas, leyendas y mucha historia

Por Alejandra Pérez Bernal

Metepec es uno de los municipios más ricos del país, no sólo en lo económico, sino también en lo cultural e histórico, que está enclavado en el Estado de México. Su nombre en lengua náhuatl significa “en el Cerro de los Magueyes”.

Esa población es famosa en el mundo, porque ahí se diseñan y elaboran creaciones de barro, desde simples cazuelas hasta los majestuosos Árboles de la Vida

El 14 de septiembre de 2012 se le otorgó el reconocimiento de Pueblo Mágico, una categoría ganada a pulso, porque es una ciudad que posee un patrimonio histórico que le reconocen propios y ajenos.

Pero no sólo eso, Metepec también está lleno de misterio, anécdotas y leyendas.

Testigo perenne de la era colonial, pueblo alegre y sempiterno semillero de mexicanos ilustres, Metepec surgió y floreció por el establecimiento de misioneros franciscanos, quienes fundaron en el siglo XVI un convento dedicado a San Juan Bautista.

Para conocer Metepec, lo primero que tenemos que hacer es admirar todas las creaciones de barro que su población presume y que van desde simples cazuelas para el mole y jarros para el atole, hasta los majestuosos árboles de la vida, auténticas obras de arte, que han ganado admiración en todo el mundo.

El Árbol de la Vida

El tradicional Árbol de la vida lleva una imagen de dios en la parte superior de la escultura y, debajo de las ramas de árbol: El sol, la luna; Adán y Eva, y animales, flores y frutos que simbolizan el Paraíso.

Sin embargo, ahora podrás encontrarlos con otros elementos como edificios emblemáticos, personajes relevantes e históricos y animales ancestrales.

“La Tlanchana”

En el centro del municipio se ubica el Parque Juárez, el Palacio de Gobierno, el Monumento al Benemérito, el quiosco y su fuente, donde resalta lo que parecería ser una sirena, pero que en realidad es la famosa “Tlanchana”.

Cuenta la leyenda que esta figura mitológica, surge en la época prehispánica, cuando aún existía la Laguna de las Nueve Aguas, un sitio donde los pescadores acudían a sus labores diarias, para luego vender el producto o alimentarse con él.

Con base en las historias de los pescadores, que se hicieron populares hasta el mito, una mujer acuática hechizaba a los hombres y los arrastraba hacia las profundidades de la laguna, según el humor que tuviera.

“La Tlanchana” se podía transformar en un ente con cola de pescado si estaba de buen humor, y entonces, la pesca sería abundante, pero si estaba molesta o enamorada y no correspondida, mostraba una cola de serpiente y sumergía al fondo de la laguna al infeliz que ella escogía.

También cuenta la leyenda, transmitida de voz en voz desde tiempos ancestrales, que “La Tlanchana” también tenía piernas humanas.

Alfareros con fama internacional

En fin, Metepec tiene mucho que ofrecer, por ejemplo, su tianguis prehispánico, donde cada lunes se hacen trueques como forma de pago y se pueden obtener flores, frutas o verduras cultivadas en la zona.

En tu visita al lugar no te pueden perder un recorrido por el Museo del Barro, donde se exhibes las piezas ganadoras de los artesanos locales en concursos de alfarería, incluso internacionales.

Si de comer se trata, no te deben preocupar, porque en Metepec sirven platillos de comida mexicana de todo tipo, sin olvidar un menú muy solicitado, que incluye escamoles, tuétano y chapulines.

Para bajar la comida, se puede disfrutar de un vaso con neutle o pulque o bien darle un repaso a los curados de diferentes sabores.