Irán condenó el martes lo que denominó una "admisión descarada" por parte de Israel tras reconocer el asesinato de Ismail Haniyeh, exlíder del movimiento Hamás, ocurrido en Teherán a principios de este año. La denuncia se realizó a través de una carta enviada al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la que Teherán calificó el acto como un "crimen atroz".
El embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, señaló que la confesión del ministro de Defensa israelí representa la primera vez que Tel Aviv admite públicamente su implicación en este tipo de operaciones. "Esta admisión descarada subraya la naturaleza criminal y desestabilizadora del régimen israelí", afirmó Iravani en el documento, instando al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar contra lo que describió como violaciones flagrantes del derecho internacional.
El reconocimiento por parte de Israel se produjo el lunes, cuando el ministro de Defensa, cuyo nombre no fue especificado en la carta iraní, declaró que el asesinato de Haniyeh había sido una "operación exitosa". Este hecho ha provocado tensiones renovadas entre Irán e Israel, que ya mantienen una relación marcada por la hostilidad mutua.
Hamás, clasificado como grupo terrorista por varios países occidentales, incluida Israel, mantiene una relación estrecha con Irán, que le brinda apoyo financiero y militar. Haniyeh había desempeñado un papel clave en la organización antes de su muerte, siendo una figura destacada en la resistencia palestina contra Israel.
La carta también instó a la comunidad internacional a responsabilizar a Israel por sus acciones y a evitar una escalada de tensiones en la región. Irán destacó que el silencio ante estas admisiones podría sentar un precedente peligroso para la impunidad en crímenes internacionales.
Israel, por su parte, no ha emitido un comentario oficial tras la denuncia iraní. Sin embargo, expertos en seguridad y política de Oriente Medio han indicado que esta revelación podría estar dirigida a enviar un mensaje disuasorio a otros actores hostiles en la región.