SERGIO GONZÁLEZ
En su excepcional libro El Futuro: Seis fuerzas del Cambio Global, Al Gore afirma que nos encontramos en un periodo de cambio simultáneo, rápido y exponencial, como ninguno que el mundo haya visto antes. Que tratar de entender esta nueva realidad es una tarea formidable; que el futuro ofrece grandes oportunidades y cambios que atender y que, hoy más que nunca, la humanidad necesita reunirse alrededor de los principios de la democracia y la sustentabilidad. Finalmente, que todos tenemos un papel relevante que desempeñar para reivindicar el control de nuestro destino.
El texto es de lectura obligada y analiza una por una las seis fuerzas del subtítulo: 1.- La globalización económica, constantemente al alza, debe llevarnos al nacimiento de una entidad integral con nuevas y mejores relaciones con el capital, el trabajo, los mercados de consumo y gobiernos nacionales. 2.- Las revoluciones en la comunicación digital e internet han llevado al nacimiento de “la mente global”, que entrevera los pensamientos y sentimientos de billones de personas y conecta máquinas inteligentes, robots y sensores ubicuos con bases de datos inconmensurables.
3.- El balance global del poder político, económico y militar está mutando más profundamente que en los últimos 5 siglos, para transitar de un sistema centrado en los Estados Unidos hacia uno de múltiples centros de poder. 4.- Una mala brújula económica nos está llevando a un crecimiento insustentable del consumo y la contaminación y a un agotamiento de los recursos estratégicos del planeta, sobre todo tratándose de suelo, agua potable y especies animales.
5.- Las revoluciones en biotecnología y neurociencias están modificando radicalmente medicina, industria molecular y agricultura, y están poniendo en manos humanas el control de la evolución. 6.- La relación entre los humanos y los ecosistemas enfrenta terribles disrupciones, junto al inicio de transformaciones revolucionarias en los sistemas energéticos, el transporte y la construcción en el mundo.
Gore presenta en particular una preocupante cadena de acontecimientos en materia ambiental (su tema de toda la vida) que vale la pena revisar con cuidado: Seguir quemando combustibles ricos en carbón producirá la expulsión de 90 millones de toneladas de contaminación cada 24 horas a la atmósfera. Esto generará cambios climáticos y en los ciclos del agua, que a su vez podrían causar inundaciones en algunos lugares y desertificación en otros. En su turno, esto empeorará la escasez de agua y los alimentos, lo que vendrá a exacerbar conflictos civiles y crisis humanitarias por refugiados.
Quizá lo que haya que aprender del libro es que no estamos sabiendo racionalizar nuestra propia evolución, a pesar de tantas señales ominosas o, tal vez, que deberíamos aceptar la sentencia visible en el texto de Roger Bartra cuyo título denomina esta columna: que el futuro es incómodo y peligroso, díscolo y engañoso y que por eso no podemos conocerlo bien, sino apenas estudiar las sombras que el porvenir proyecta sobre el presente.
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