Columnas
El reloj electoral y la vida política en los Estados Unidos están cada día más cerca de la jornada crucial de la votación del 5 de noviembre, sin embargo, la naturaleza ha protestado por su desatención.
Los recientes huracanes; Helen y Milton, han impactado no sólo en tierra firme sino en la agenda política de los candidatos que buscan alcanzar la presidencia, pero un par de destructivos fenómenos naturales de fuertes lluvias y huracanados aires, han irrumpido en las campañas, trastocando las agendasde los demócratas y de la candidata presidencial demócrata, Kamala Harris y del republicano Donald Trump, quienes han dedicado parte de sus últimos días a abordar los esfuerzos de recuperación.
Los dos ciclones han planteado preguntas clave como; qué presidente respondería mejor a las catástrofes naturales, una cuestión que antes se pasaba por alto y que se ha convertido en parte cada vez más rutinaria del rol del máximo líder del país.
A unas cuantas semanas del martes 5 de noviembre, estos dos huracanes movieron realmente el suelo, a la mecánica de la votación en varios condados claves, principalmente en la península floridana.
La agenda de los demócratas y de Kamala Harris ha tratado de aprovechar estos sucesos y transformarlos en una oportunidad para proyectar liderazgo, apareciendo junto al presidente Joe Biden, en reuniones sobre las acciones del gobierno para paliar los daños, además, de hacer en repetidas ocasiones un llamado a la cooperación bipartidista.
Por su parte, el expresidente Donald Trump ha intentado de todas las formas posibles, capitalizar estos acontecimientos naturales y atacar la respuesta del gobierno y lanzar afirmaciones que han sido confirmadas por diversos medios como falsas, sobre el mal manejo de los fondos para la recuperación de las zonas devastadas.
La naturaleza reclama atención y cuidado, ha cobrado más de 217 fallecimientos y miles de millones de daños dejando en un segundo plano toda actividad política, así sea, la realizada en buscar y alcanzar la permanencia de la Casa Blanca en los próximos cuatro años.
Florida, hay que señalarlo, es uno de los estados de gran trascendencia en lo que a votos y delegados electorales se refiere, pero sus habitantes están más preocupados por su subsistencia, bienestar y futuro de vida, que en lo que Harris y Trump dicen ofrecer y hasta lo que prometen.
El gobernador, Ron Di Santis, ha dejado en el cajón de los pendientes su actividad política y, sobre todo, la de la promoción del republicano Trumputilizando su tiempo y esfuerzos en resolver las demandas que sus gobernados le exigen y que el mismo gobierno federal le ha pedido conducir.
La política es importante para los estadounidenses, pero la vida lo es aún más.
@arnc7