La semana pasada el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular las leyes reglamentarias de la reforma constitucional en materia educativa.
La Ley General de Educación fue la primera en ser aprobada, con 285 votos a favor, 128 en contra y cero abstenciones. El principal cambio que contempla esta ley es la abrogación de la Ley de la Infraestructura Física Educativa.
Con esta reforma desaparece el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (Inifed), encargada de administrar los recursos y lineamientos para la infraestructura y mantenimiento de los planteles. Señala en uno de sus apartados que “los recursos que eran entregados al Inifed, ahora se harán llegar directamente a los comités de maestros y padres de familia en las escuelas”.
Esta reforma pone en riesgo a los niñas y niños de nuestro país, ya que al desaparecer el Inifed, desaparece un órgano especializado en las labores para el mantenimiento de infraestructura de las escuelas y lo deja en manos maestros y padres de familia, que si bien pueden ser bien intencionados, no son gente preparada para realizar estas actividades.
Esta misma reforma también establece que “no se podrá condicionar la inscripción, el acceso a los planteles, la aplicación de evaluaciones o exámenes”. Lo cual está mal, ya que va a contribuir a crear más fósiles en las escuelas y universidades, así como a generar profesionistas mediocres, y mal preparados, lo que desincentiva la profesionalización de los mexicanos, y los servicios de calidad.
La Segunda ley que también se modificó es la Ley General del Sistema de Carrera de las Maestras y Maestros, la que fue aprobada en lo general, que entre otras cosas establece los procesos para la admisión, promoción y reconocimiento del personal docente.
Dicha reforma es vergonzosa ya que representa un retroceso, volvemos al esquema del pasado de la compra y venta de plazas, por parte del sindicato, ya que dicha ley establece que las “representaciones sindicales” estarán incluidas para decidir la asignación de plazas, los ascensos e incluso los cambios de centros de trabajo de los empleados de la educación, esto como una “garantía en el respeto de los derechos de los trabajadores”.
Las leyes secundarias de la Reforma Educativa muestran de manera clara la existencia de un acuerdo AMLO-CNTE, con dicho pacto el gran ganador de la negociación es el sindicato, y los perdedores serán los 32 millones de estudiantes inscritos en los planteles de educación en nuestros país, les da la espalda, ya que como se quitan los exámenes y controles a los maestros, tendremos maestros menos preparados, y por ende la educación será deficiente y de mala calidad, lo que provocará un retroceso, en los servicios de nuestro país.
¿Por qué el actual gobierno quiere maestros menos preparados, que puedan comprar una plaza aun cuando no estén calificados?
¿Será que a la 4T le conviene tener mexicanos menos preparados? ¿Es más fácil gobernar un país de ignorantes?