A Yasmín Esquivel se le vio muy relajada en la noche del viernes en un restaurante de Cuernavaca. Las benditas redes sociales. Un comensal avispado le tomó una foto y la compartió. Más allá de las reacciones, la ministra de la SCJN tiene motivos para estar tranquila y poder degustar sus alimentos en compañía de quien deseé y donde quiera.
Yasmín Esquivel sabe que aunque la UNAM ratifique que plagió su tesis de licenciatura no perderá su título. Sabe que aunque las críticas le lluevan por el artículo que El País publicó, en donde afirmó que el 40% de su tesis de doctorado fue plagiada, seguirá como ministra de la Suprema Corte, uno de los poderes del Estado Mexicano, porque la Universidad Anáhuac cerró el tema y principalmente, porque López Obrador la defiende un día sí y otro también, en sus conferencias mañaneras.
Me lo contaron, pero no lo creí hasta que me lo mostraron publicado. Hace unos años, en Corea del Sur hubo un accidente marítimo, las investigaciones concluyeron que el responsable fue el capitán del barco. Él aceptó su responsabilidad y llegó al extremo de suicidarse.
Pregunté al personal de la embajada de México en Corea, por qué había ocurrido eso. Me contestaron que en Corea el honor es todo, que para su idiosincrasia no bastaba la cárcel, que con su suicidio el capitán salvó su honor, el de su gremio y el de su familia.
Yasmín Esquivel dormirá con la conciencia tranquila, porque no tiene conciencia. No renunciará para salvar su honor, pero con cada una de sus declaraciones o las de su abogado, se hace el harakiri. Desconozco si plagió su tesis de licenciatura y después la de doctorado, pronto sabremos si lo mismo ocurrió con la de maestría, pero cada día me convenzo más de que carece de ética.
Es verdad que existe una fuerte campaña en contra de la ministra, pero una cosa no exime a la otra. La ministra es ingrata con AMLO que la propuso, porque se convirtió en un fardo que el titular del Ejecutivo tendrá que cargar hasta el último día de su gobierno.
La falta de ética de Yasmín Esquivel me zumba en el oído como un mosco en la madrugada, porque conozco profesionales del derecho, de la medicina, de la ingeniería, de la sociología, con gran orgullo profesional, donde su prestigio es tan importante como la experiencia y sus conocimientos teóricos.
Obvio, no son héroes hechos de oro, son personas normales, pero con gran orgullo de su trabajo, porque a lo largo de sus carreras su bien más preciado es su prestigio. ¿Usted conoce alguno? ¿Usted le cree a Yasmín Esquivel? Yo no. La política es de bronce.
@onelortiz
Audio: https://youtu.be/Z9tcRLimikk