Armando Hernández
La economía es la disciplina que estudia el uso de los recursos disponibles para obtener un mayor bienestar. Economizar significa optimizar los recursos. Gastar lo menos posible. Hacer más con menos.
Los recursos siempre son escasos. Esa premisa es la base de la Economía. Por eso es necesario usarlos racionalmente y entender las mejores maneras para hacerlo. Y no solo se trata de recursos monetarios. Todo recurso debe optimizarse. Esa es la lógica racional de las decisiones económicas (racional choice).
Nadie racionalmente pensaría que es buena idea desperdiciar recursos. Optimizar el uso de cada recurso disponible es lograr hacerlos rendir. Que nos "alcance" para lo más posible (entendiendo por "recurso" todo aquello a lo que podemos recurrir).
Esa lógica económica debe ser aplicada en todo lo que hacemos. De esa manera podemos lograr que el tiempo, el dinero, las relaciones, nuestras actividades diarias, el trabajo, las rutinas y procesos que seguimos día a día, nos "alcancen" hasta el máximo de sus posibilidades.
Si utilizáramos los recursos de manera racional, adecuada y ordenadamente, tendríamos resultados más ágiles, con menor costo de tiempo, dinero y esfuerzo.
Las actividades que realizamos cada día, podrían llevarnos a mejores resultados aplicando el criterio económico de optimización o racionalización de los recursos disponibles, bajo el principio de economía procesal.
En el ámbito del servicio público, los procedimientos judiciales y administrativos por ley, deben seguir ese principio como una guía orientadora en la toma de decisiones. La lógica del sector empresarial también tiende a optimizar recursos, pues de lo contrario se afectaría la rentabilidad de cualquier actividad empresarial (cuyo principal fin es la búsqueda de la mayor ganancia económica).
Pero las personas, en nuestros procedimientos cotidianos, no siempre aplicamos la lógica económica racional de optimizar recursos. Muchos de nuestros procedimientos cotidianos se encuentran muy lejos de la aplicación del principio de economía procesal.
El tiempo es el recurso universal del que disponemos todas las personas. Y es nuestro recurso más valioso. Lo que hagamos con nuestro tiempo es lo que agrega valor a nuestras vidas. Sin embargo, el uso del tiempo es algo que las personas usualmente no suelen racionalizar u optimizar.
Largas y reiterativas pláticas, prolongadas reuniones y eventos cuya utilidad no conocemos o cuyos objetivos hemos olvidado (o incluso no tememos claros), son ejemplos precisos de algunas formas de perder o "matar" el tiempo. ("Gastarlo" de manera "irracional". Dejar de optimizar tan valioso recurso).
Todo aquello que hacemos por el "camino largo" se vuelve inoperante o hasta tortuoso. A veces parece que se aplica como principio: "¿para qué hacer las cosas fáciles, si las podemos hacer difíciles?".
Flor de Loto: La economía procesal puede facilitarnos todo: hacer más fácil y rápida cada cosa que hacemos. Simplificar nuestras vidas.