El 27 de enero de 1945 fue liberado uno de los campos de concentración nazi más grandes, el de Auschwitz.
Alrededor de 1.1 millones de personas fueron asesinadas. En un principio líderes políticos y miembros de la resistencia eran recluidos en este lugar; posteriormente formó parte del régimen nazi y se desarrollo para el exterminio de judíos.
Los guardias clasificaban en grupos a la víctimas, aquellos que podían trabajar y los que serían exterminados de inmediato. “Instituto de higiene”, así eran conocidos los operadores de las cámaras de gas; la muerte aguardaba solo unos minutos.
Mientras tanto, los prisioneros conocidos como “Sonderkommandos” tenían que cortar el cabello y retirar dientes, anteojos o prótesis de los cadáveres.
A partir de 2005, la liberación de Auschwitz forma parte de la conmemoración a las víctimas del holocausto entre las que se encuentran gitanos, homosexuales, civiles polacos y prisioneros soviéticos.
Sin embargo sigue considerándose como símbolo de represión sistemática y uno de los principales escenarios de violencia y tortura impulsado por la Segunda Guerra Mundial bajo la premisa de “Arbeit Macht Frei” (el trabajo libera).