A Felipe Calderón le ha tocado ganar y perder en política, así es el juego. Ganó cuando se convirtió en candidato del PAN a la presidencia. Sorprendió y venció a Santiago Creel Miranda, quien se desempeñaba como secretario de Gobernación y era el favorito del mandatario en turno Vicente Fox. Creel reconoció y aceptó su derrota, sin aspavientos ni pataleo alguno.
En la elección presidencial de 2006, obtuvo la victoria por mínimo margen. “Haiga sido como haiga sido”. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) calificó la elección y le dio la constancia de presidente electo. Proceso controvertido e impugnado por los derrotados. Estuvo a punto de ser anulado por la intromisión de Fox.
Seis años después, le entrega o regresa la presidencia al PRI. Errores de gobierno, como la estrategia para enfrentar la delincuencia, contribuyeron a que los electores votaran en contra de la candidata panista Josefina Vázquez Mota. Quedó en tercer lugar, nada que alegar.
En la elección de 2018, apoya a su esposa Margarita Zavala para que sea candidata presidencial independiente. Ambos decidieron abandonar al PAN y la derecha participó fragmentada en la elección. Margarita estuvo muy lejos de competirle a los principales contendientes, exhibió limitaciones como polemista política y su natural simpatía no evitó que obtuviera muy baja votación.
Calderón, fuera de Acción Nacional, intentó crear su propio partido. La experiencia llevó a la pareja a quedar cerca de lograrlo. Con lo que no contaba es que el Instituto Nacional Electoral (INE) descubriera que utilizó financiamiento de origen desconocido, 8.18 por ciento de sus recursos. Calderón no ocultó su enojo y afloró su carácter impetuoso, descalificó el trabajo de consejeros y llamó mentiroso al consejero presidente Lorenzo Córdova, vía Twitter.
Reaccionó impulsivamente, como en otras ocasiones. Alguna vez le mentó la madre al periodista Oscar Camacho, porque no le gustó el título de la nota publicada en el diario La Jornada, cuando fue coordinador de la bancada panista en la Cámara de Diputados. Se tranquilizó una vez que Oscar le explicó y precisó que los titulares o cabezas no las hacen los reporteros.
En el caso que nos ocupa, quizás debió mirar primero hacia su propio equipo y ver quién o quiénes no hicieron su trabajo.
Percibía que ya tenía en la bolsa el registro para su partido, pero nada es hasta que es, aunque todavía le queda la opción de impugnar su caso en el TEPJF.
Involuntariamente, sin pretenderlo, lo sucedido podría llevar a la derecha a presentar un frente más sólido para las elecciones de 2021, si seguidores de Calderón regresan al PAN.
Felipe Calderón ya tuvo su oportunidad como gobernante y no supo aprovecharla como para que Acción Nacional siguiera en el poder.