El Fondo de Cultura Económica publicó recientemente una antología de ensayos de Albert Hirschman intitulada Más allá de la Economía. Cito de la introducción, escrita por José Woldenberg: “…Hirschman fue… un economista preocupado por los temas del desarrollo… un ensayista magistral… ayudar al lector a incursionar en terrenos inaugurados por nuestro autor más allá de los temas del crecimiento…”. Dos de esos temas cruciales son, indudablemente, la participación política y el ejercicio concreto del derecho al sufragio.
A pesar de estar expresadas en textos de los setenta, ochenta y noventa, el autor ofrece ópticas novedosas sobre ambas preocupaciones. Para mí, gracias a Woldenberg y su tino para la compilación y la explicación, son descubrimientos interesantísimos que comparto.
Sobre la participación política, Hirschman escribió el ensayo: Salida, Voz y Lealtad. Respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y Estados, que en su momento tuvo un gran impacto, por la enorme innovación de considerar la voz y la salida como manifestaciones particulares del interés o desinterés ciudadano en los asuntos públicos. Afirma que la salida es el abandono, la huida; mientras que la voz es la queja, la denuncia y que ambas funcionan igual en la economía que en la política, y que inclusive hay interconexiones entre ambas.
En efecto, aquel texto propuso novedosas herramientas conceptuales para estudiar de otra manera instituciones privadas tan disímbolas como la familia, el divorcio o una congregación religiosa, pero también para analizar fenómenos públicos específicos como las relaciones entre partidos, la disidencia política, la gesta sindical o la prestación de servicios públicos. Hirschman afirmó que había pergeñado su texto con la idea de explorar de qué manera la voz y la salida podían conducir a restablecer o fortalecer una organización en deterioro regresándola “a una salud y actuación tolerables”.
El modelo, acierta de nuevo Woldenberg, ahora serviría para desentrañar las claves del desplome de un orden político, con lo que Hirschman se adelantó por décadas a textos actuales como Por qué fracasan los países (2012, Acemoglu, Robinson); Orden y deterioro político (Fukuyama, 2014) y Cómo mueren las Democracias (2018, Levitsky, Ziblatt) que exploran la vertiente del detrimento o menoscabo de la organización estatal desde prismas muy similares al del autor.
El texto completo es de lectura obligada por sus insospechadas actualidad y relevancia. En este océano proceloso de agitación política preelectoral, de controversias políticas, parlamentarias y jurisdiccionales por la designación de los nuevos árbitros de las contiendas electorales venideras, asomarnos a las claves de la deslegitimación del mecanismo comicial como eje central del proceso democrático, y qué hacer para fortalecerlo es deber de todos y yo lo haré desde donde esté, como siempre. En ese empeño, los y las nuevas Consejeras del INE tienen deberes particulares y colectivos clarísimos, pero más quienes los nombren... ¡Nos vemos en tres años!
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