El sábado, miles de argentinos se manifestaron en repudio a las declaraciones del presidente libertario Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos. Bajo la consigna “Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista”, diversos colectivos LGBTIQ+, feministas, organizaciones de derechos humanos, sindicatos y movimientos sociales expresaron su rechazo a los comentarios del mandatario, quien asoció la ideología de género con la pedofilia y cuestionó el feminismo y la diversidad.
Las protestas se llevaron a cabo no solo en Buenos Aires, sino también en otras provincias argentinas y en ciudades internacionales como Londres, Madrid, Lisboa, Barcelona, París y Montevideo. Con carteles que decían “Al clóset no volvemos más” y “Los derechos ganados no se tocan, ni un paso atrás”, los manifestantes exigieron respeto a las políticas de género y la inclusión social.
Durante su discurso en Davos, Milei afirmó que “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto, quiero saber quién avala esos comportamientos”, refiriéndose al caso de una pareja de homosexuales estadounidenses que abusaron de sus hijos adoptivos. Además, calificó la ideología de género, el feminismo, la diversidad, el aborto y el ecologismo como parte de un “virus mental” y una “epidemia que debe ser curada”.
Las declaraciones generaron un fuerte rechazo en distintos sectores de la sociedad argentina. Aunque el Gobierno intentó minimizar la controversia alegando una supuesta mala interpretación de las palabras del presidente, la indignación continuó en aumento.
Los manifestantes exigieron una respuesta institucional ante lo que consideran un discurso de odio y una amenaza a los derechos adquiridos en materia de género y diversidad. Entre sus principales demandas, destacan la defensa de la identidad de género y el matrimonio igualitario, el rechazo a la eliminación del cupo laboral trans y del documento de identidad no binario, y el respeto a los derechos humanos y la diversidad.
Cintia Vignot, una docente de 42 años, expresó su preocupación en declaraciones a Reuters Televisión: “No podemos permitir que la diversidad no siga siendo parte y es gravísimo que la investidura presidencial se exprese en estos términos. Como ciudadana, como docente, como madre digo ‘no’ y estoy acá apoyando esta convocatoria”.