El futbol mexicano se ha visto desprestigiado desde hace tiempo y para dimensionar un poco, basta recordar: La multipropiedad, los “cachirules”, el dopaje, los adeudos, el pacto de caballeros, el grito homofóbico, huelga de árbitros, fiestas y más.
Como en todo negocio, donde se mueven cantidades grandes siempre habrá poder y polémica, algo así como lo que sucede en el balompié nacional pues actualmente se vive entre cambios pronunciados.
En la actualidad se vive entre incertidumbre por el destino del ascenso y el descenso, así como el tema de la multipropiedad, que ya fue señalado por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) como algo que esperan sea temporal (en el caso del Ascenso) y en cuanto a tener varios equipos de un solo dueño, esperan sea erradicado por completo, pues está prohibido.
Este tema viene sonando fuerte desde el año 2013, justo cuando el entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), Decio de María, anunció que la multipropiedad acabaría en un lapso de cinco años, algo que nunca se logró.
El año pasado, Enrique Bonilla, titular de la Liga MX, estipuló que un dueño podría tener máximo dos equipos, a falta de inversionistas, pero bueno, esto fue bien aprovechado: Grupo Orlegi es propietario de Atlas y Santos; Grupo Pachuca de Tuzos y León, y TV Azteca de Morelia, con control administrativo del Puebla.
Mientras la FIFA no ponga un castigo a México, esto seguirá pasando. Lamentablemente, el órgano rector solo ha lanzado advertencias, y más allá de las 11 sanciones económicas por gritos homofóbicos de la afición nacional en los últimos años, que costaron más de 3 millones de pesos a la FMF, la última sanción de peso que México lamentó, se impuso en 1988 con la falsificación de documentos de la selección Sub-20 en el Premundial de Guatemala, lo que generó que los selectivos aztecas se perdieran el Mundial Juvenil de Arabia 1989, los Olímpicos Seúl 1988 y el Mundial de Italia 1990, en un archivo negro llamado: Los “cachirules”.
Los adeudos también han causado ruido. A Veracruz lo acompañan los escándalos de la mano de su propietario Fidel Kuri, pues al no pagarle a sus jugadores los Tiburones Rojos fueron desafiliados de la Liga MX.
También los árbitros han alzado la voz. En 2017, hubo un paro y se negaron a pitar en la fecha 10 del Clausura 2017, como parte del desacuerdo por el castigo que le impusieron a los jugadores Enrique Triverio (entonces en Toluca) y Pablo Aguilar (entonces en América), quienes en distinto partido agredieron a un silbante.
¿Recuerdan el pacto de caballeros? Fue hasta que la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales (AFMpro) se involucró cuando esto parece ser se terminó y qué decir de las fiestas que han organizado los integrantes de la Selección Nacional… Sin duda, con cada escándalo el futbol mexicano pierde brillo… y lo que falta.