Oposición crea cuadros de Morena

La oposición obligó a los especialistas a convertirse en políticos experimentados. Las constantes críticas de la oposición que un día eran especialistas en pandemia, y al otro en energéticos, y a la semana siguiente en economía, y, en unas horas solamente, se convertían en expertos en educación.

Así, los perfiles de quienes debieron llenar los requisitos para ser únicamente expertos en salud, educación, agricultura, energía, debieron convertirse en panelistas para defenderse en las comparecencias, los medios, las entrevistas en hábiles políticos que respondieran ante la guerra sinrazón de quienes niegan todo lo que en el actual gobierno se realiza.

Porque en esa guerra algunos medios también agredieron a los secretarios y subsecretarios en plena nostalgia por el chayote y así no sólo se creó expertos en su ramo sino políticos avezados de la 4T.

Quienes llegaron a la administración pública como especialistas en su materia y deberán concentrarse en el desarrollo de sus conocimientos en beneficio del país, aprendieron a defenderse en estos cuatro años, y hubo quienes no resistieron la presión de tener que adoptar un ejercicio de manera inmediata para el que no estaban preparados.

Los conocedores que cubrían los perfiles de cada una de sus ramas, debieron soportar demandas, denuncias, amparos, hasta amenazas de juicios políticos de unan oposición que todavía no encuentra la razón de su existencia y no sabe qué hacer con lo que tiene.

Así, la oposición desgastó a los pocos cuadros que tenía en la lucha estéril por desprestigiar a todo funcionario público que sacaba la cabeza a los medios y trataron de cortarla. Hubo una época en que la oposición amanecía con la exigencia de una renuncia cada día.

Esto fue formando cuadros, que se convirtieron en líderes, y luego en posibles candidatos a cualquier puesto de elección popular, incluyendo la Presidencia de la República, mientras los pocos cuadros de la oposición se desgastaron a tal grado que dejaron de ser cuadros para convertirse en tribunos del insulto y la denostación, mientras obligaban a los funcionarios a tener un compromiso más profundo con su tarea.

Quienes sufrieron los ataques de la oposición debieron compenetrarse con su trabajo y aprender, sobre la marcha, a defenderlo; los empleados públicos que no tenían a la oposición encima, se desapegaron de sus responsabilidades al no tener más críticas que, por sus errores, como el caso de los consejeros electorales, y otras instituciones, donde se volvieron unos chambistas sin compromiso, sin ejercicio político y con una mediocridad a cuestas sin precedente.

La oposición se quedó a la zaga de los partidos que apoyaron y que ahora ventilan la podredumbre de su existencia. El INE les ganó la vanguardia opositora a los partidos de oposición. La oposición alimentó un monstruo que cada es más difícil de vencer.