A pesar de la tendencia nacional donde el PRI ha perdido terreno, en Coahuila el partido se encamina a cumplir 100 años consecutivos en el poder. Con la administración actual del gobernador Manolo Jiménez Salinas, cuyo periodo concluirá en 2029, se consolidará un siglo de dominio priista en la entidad.
De acuerdo con especialistas, este escenario se explica por la fortaleza local del PRI y por una lógica política que ha favorecido su permanencia. Aunque en el resto del país se ha registrado un cambio de rumbo, en Coahuila el partido ha sabido adaptarse y mantenerse como fuerza dominante, incluso a través de alianzas estratégicas como la coalición con el PAN y el PRD, la cual ha sido vista por algunos analistas como una decisión pragmática, pero no necesariamente ideológica.
En las elecciones de 2017, el PAN estuvo cerca de arrebatarle el poder al PRI, pero finalmente Miguel Ángel Riquelme ganó con una ligera ventaja. Para 2023, la coalición encabezada por el PRI logró el triunfo con Manolo Jiménez como candidato, aunque con una votación que reflejó una disminución significativa en el respaldo al PAN, que cayó a menos del 6%.
La fragmentación de la oposición ha sido un factor clave para la permanencia del PRI. La falta de cohesión entre fuerzas como Morena, el PT y el PVEM ha impedido construir una alternativa sólida. Además, la participación de candidatos independientes ha contribuido a dispersar el voto, debilitando aún más las posibilidades de alternancia.
Con miras a las elecciones de 2029, el PRI mantiene una estructura organizativa robusta y una base electoral estable, lo que refuerza sus posibilidades de continuar en el poder. A menos que la oposición logre una unificación efectiva, todo indica que Coahuila seguirá siendo bastión priista al arribar a su centenario como gobierno estatal.