Por Martha Cotoret
El gobierno de Italia comenzó a aliviar las medidas de confinamiento la semana pasada, por lo que residentes de ese país, el segundo con más muertes por coronavirus después de Estados Unidos, comienzan a preocuparse.
“Nadie en el mundo está preparado para levantar completamente los controles actuales. Aún no existen los instrumentos para combatir o protegernos de este virus en modo eficiente. Si se levantan las restricciones, el número de contagios volverá a aumentar inevitablemente”, asegura a ContraRéplica Rafael Ramírez, un venezolano que migró hace 15 años a Italia “por motivos de estudio, trabajo y también familia”.
Una situación similar se presentó hace un siglo con la pandemia de gripe española del 1918–1920, alerta Ramírez. “Muchas ciudades, luego de haber eficazmente controlado el primer pico epidémico, apenas vieron señales de mejoras decidieron permitir a bares y teatros de funcionar nuevamente. En esas ciudades la epidemia tomó nuevo auge, duplicando la cuenta final de víctimas”, agrega.
Ramírez reconoce que los gastos en su hogar han aumentado con el confinamiento, pero prefiere eso a enfermar de coronavirus. “El mayor efecto económico son los gastos domésticos previstos e imprevistos. Las subscripciones a las actividades deportivas las tendremos que considerar pérdidas netas. Los gastos de los comedores escolares y de trabajo han cesado, y ahora entran de lleno en gastos semanales”, afirma.
“Los gastos del trabajar en casa también han aumentado. Electricidad, costos de material de oficina, impresiones. Todo el material escolástico tiene que ser preparado ahora en la casa. Es difícil aún estimar si hay o no economías en este aspecto”, manifiesta a esta casa editorial.