Primeros saldos de la elección del 6 de junio

Un primer elemento es la intervención presidencial en la elección. Fue llamativa la participación del presidente, al utilizar la mañanera para denunciar al candidato del PRI por el reparto de tarjetas, que en esencia no constituye ningún delito, pero además porque en su discurso no dejó de presumir los logros de su gobierno y atacar a sus adversarios. Al ser un presidente que todos los días habla ante los medios de comunicación de los más diversos temas, era natural que el presidente se refiriera a los logros de su gobierno o la opinión que tiene sobre sus adversarios como él ha denominado a sus opositores. Un elemento que inquieta es que a lo largo de la elección el presidente no se ha comportado como jefe de Estado, no ha mantenido la neutralidad que exige una contienda electoral y es probable que ha pesar de todas las violaciones a la ley que ha cometido no sea sancionado.

El segundo elemento ha sido la presencia de violencia política en la elección, candidatos a presidencias municipales y diputaciones han sido asesinados en pleno proceso electoral y es algo que se ha hecho habitual, lo que refleja un triste panorama para el país de violencia e impunidad, lo que tendrá como consecuencia que quien gane esa diputación o esa presidencia municipal viva presa del temor o bien represente abiertamente los intereses de los grupos del crimen organizado.

El tercer elemento tiene que ver con las decisiones que tome la autoridad electoral, es probable que este proceso marque un parteaguas en la historia del país en materia de elecciones, en las que podrían anularse procesos electorales si es que la autoridad sanciona a candidatos que incumplieron alguna norma durante la contienda. No hay que olvidar que la FGR abrió carpetas de investigación contra los candidatos opositores a Morena en Nuevo León, por supuestos delitos electorales que son considerados delitos graves. La autoridad electoral fundamentalmente el Tribunal Electoral, ha dado muestras de imprevisibilidad en sus decisiones con lo que cualquier cosa podría pasar.

Los procesos electorales constituyen momentos de alta polarización, de cruce de declaraciones y contraste de ideas, una vez pasadas las elecciones, los actores políticos deben tener la capacidad de acordar y disminuir los ataques. Las señales que envían los actores políticos son poco alentadoras, todo parece indicar que la polarización se mantendrá de aquí al 2024, pero también el clima de violencia, la ley será utilizada como un arma para eliminar a los adversarios políticos y las decisiones de las autoridades electorales pueden generar un clima de mayor inestabilidad, lo que constituye en la práctica una señal de alerta para nuestra cada vez más deteriorada democracia.

Iván Arrazola. Colaborador de Integridad Ciudadana, Doctor en estudios Científico-Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO. México). Especialista en participación ciudadana, cultura de paz, democracia subnacional y gobierno abierto @ivarrcor @Integridad_AC